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30/09/2009

Sócrates mira a la derecha del CDS-PP para formar Gobierno

Martxelo Diaz

El líder del PS quiere imitar el modelo de su vecino ibérico, el español José Luis Rodríguez Zapatero, y gobernar en minoría buscando acuerdos puntuales. Es ahí donde aparece, rutilante, el CDS-PP.

El partido pequeño de la derecha en Portugal, el CDS-PP, es el gran triunfador de las elecciones, puesto que sus 21 escaños son esenciales para un José Sócrates (PS) que ha perdido la mayoría absoluta y que no está dispuesto a asumir las exigencias de la izquierda.

Tras lograr vencer en las elecciones legislativas del domingo, quedándose a las puertas de la mayoría absoluta, el reto para el primer ministro portugués, José Sócrates, es conseguir los apoyos necesarios para mantenerse en su puesto. El nuevo objetivo para el líder del socialdemócrata PS se denomina estabilidad.

Con los resultados en la mano, y a falta aún de contabilizarse los cuatro escaños que corresponden a la emigración, la opción que ha cobrado más fuerza es un acuerdo entre el PS y el CDS-PP, el partido pequeño de la derecha portuguesa, que ha logrado 21 escaños, que unidos a los 96 del PS de Sócrates supondría la mayoría absoluta en el Parlamento de Lisboa.

El propio Sócrates ya manifestó en la misma noche electoral que gobernará con su programa electoral. Dicho con otras palabras, que no está dispuesto a cambiar la política neoliberal que ha llevado a cabo durante la pasada legislatura para poder pactar con los partidos de izquierda Bloco de Esquerda (16 escaños) y CDU (15).

Durante la campaña electoral, tanto Bloco de Esquerda -izquierda anticapitalista de raíces trotskistas- como CDU -coalición del Partido Comunista Portugués y Os Verdes- denunciaron la política neoliberal de Sócrates durante la mayoría absoluta y reclamaron un cambio, al que el líder del PS parece cerrar la puerta. Le exigen algo tan básico como recuperar el subsidio de desempleo o que las grandes fortunas paguen más impuestos.

La aritmética parlamentaria juega también en contra de esta opción, puesto que para lograr la mayoría absoluta en la Cámara sería necesario un acuerdo tripartito. Al PS no le basta sumar sólo los votos del Bloco de Esquerda o únicamente los de la CDU, sino que necesita el apoyo de los dos.

Matemáticamente, los dos partidos de la derecha, el PSD (78 escaños) y el CDS-PP, superarían unidos al PS de Sócrates. Sin embargo, esta opción no es tenida en cuenta por los analistas portugueses. En primer lugar, con 99 escaños se quedaría lejos de la mayoría absoluta (113) y tendría enfrente a una oposición socialdemócrata y de izquierdas que sumaría 127 parlamentarios. De este modo, se habría forzado la tradición histórica portuguesa de que gobierne la fuerza más votada -con los apoyos que sean necesarios- para crear un Gobierno extremadamente débil.

También habría que descartar un acuerdo entre PS y PSD, al estilo de la Gran Coalición alemana de la legislatura pasada. Es cierto que Sócrates lograría su ansiada estabilidad y que podría continuar con su política neoliberal, pero las relaciones entre estas dos formaciones son actualmente muy tensas.

Las críticas de la candidata del PSD, Manuela Ferreira Leite, al proyecto de TAV con el Estado español por su alto precio y su escasa utilidad y las denuncias de escuchas ilegales realizadas por el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva (PSD), por parte de Sócrates han agriado la cohabitación entre los dos principales partidos portugueses.

Sócrates parece inclinarse más hacia el modelo de su vecino ibérico, el español José Luis Rodríguez Zapatero. La idea es gobernar en minoría, buscando acuerdos puntuales. Y ahí es donde aparece, rutilante, el CDS-PP. Su líder, Paulo Portas, ya se ha mostrado disponible para dialogar con Sócrates y hacer un esfuerzo para llegar a un entendimiento. De este modo, el CDS-PP sería el gran vencedor de las elecciones legislativas portuguesas. Al pasar de doce escaños a 21 y perder Sócrates la mayoría absoluta, se convierte en el partido bisagra que el PS necesita.

La deriva de Sócrates hacia el CDS-PP, sin embargo, ha despertado algunos recelos en ciertos sectores del PS. Algunos diputados del ala izquierda, como Paulo Pedroso, número dos del PS bajo el mandato de Eduardo Ferro Rodrigues, ya se han manifestado en contra de este entendimiento.

«No consigo imaginar un Gobierno del PS funcionando en articulación con su principal adversario desde el punto de vista ideológico. Actuaríamos en contra de la voluntad del electorado», declaró a la emisora TSF.

Manuel Carvalho da Silva, líder del CGTP, el principal sindicato portugués, por su parte, ha destacado que un acuerdo entre PS y CDS-PP sería «un camino contra natura».

En cambio, Francisco van Zeller, presidente de la Confederaçao da Indústria Portuguesa, el organismo que agrupa a los empresarios, se manifestó en contra de que el PS gire a la izquierda y mire a la CDU y al Bloco de Esquerda, calificando esta eventual alianza de «trágica».

«Tenemos que exigir estabilidad. Es preciso que el nuevo Gobierno transmita sensación de estabilidad, porque en caso contrario, los empresarios no invertirán», declaró Van Zeller a «Diário de Notícias».

Asimismo, reclamó que Fernando Teixeira dos Santos continúe al frente del Ministerio de Finanzas. Van Zeller puede estar tranquilo puesto que todas las quinielas apuestan por la continuidad de Teixeira dos Santos. Y por el consiguiente alejamiento del PS de Bloco y CDU.

Rebelion - 30.09.09

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