À procura de textos e pretextos, e dos seus contextos.

14/01/2011

España: Falsedades sobre las pensiones

Vicenç Navarro

El retraso obligatorio de la edad de jubilación se basa en varios supuestos que son erróneos. Por ejemplo, se ha argumentado frecuentemente, por parte de aquellos autores que favorecen tal retraso, que, puesto que la población vive ahora muchos más años que antes, está también en condiciones de poder trabajar durante más tiempo. Se asume que, al haberse incrementado cuatro años la esperanza de vida en España en los últimos 20 años, la gente muere ahora cuatro años más tarde que hace 20 años, lo cual no es cierto. Los que hacen tal supuesto ignoran cómo se calcula la esperanza de vida de un país.
Supongamos que España tuviera dos habitantes: uno, Juanito, que muere al día siguiente de nacer y otro, la señora María, que muere a los 80 años. En esta España de dos ciudadanos, la esperanza de vida promedio sería de (0+80):2=40 años. Pero en un país vecino llamado Vecinolandia hay también sólo dos ciudadanos: uno, Pepito, que no muere al día siguiente de nacer, sino 20 años más tarde y la otra vecina, la señora Julia, que, como la señora María de España, muere a los 80 años. La esperanza de vida promedio de Vecinolandia es de (20+80):2=50 años, es decir, diez años más que en España. Pero esto no quiere decir (como constante y erróneamente se asume) que la señora Julia viva diez años más que la señora María. Lo que ha ocurrido es que la mortalidad de los infantes y jóvenes es mucho más baja en Vecinolandia que en España. Y esto es lo que ha estado ocurriendo en España en los últimos 20 años: la mortalidad infantil y juvenil ha ido descendiendo, con lo cual la esperanza de vida ha ido aumentando. Ni que decir tiene que los mayores (de 65 años y más) también han visto alargada su vida, pero mucho menos que los famosos cuatro años. En realidad, desde el año 1991 ha aumentado sólo 2,3 años.
Un segundo error que se hace es suponer que, puesto que la población vive más años, tal población puede continuar trabajando después de los 65 años, con la misma capacidad y vitalidad de trabajo que tiene a los 65. Se asume, pues, que al vivir más años la edad de envejecimiento también se retrasa. De ahí que se considere (erróneamente) que si ahora las personas que llegan a los 65 años viven 2,3 años más que hace veinte años, tales personas tendrán 2,3 años más de vida saludable, retrasando la edad de envejecer 2,3 años más. Esto no es así. En realidad, la edad de envejecimiento se ha adelantado, en lugar de retrasarse.
Eileen Crimmins y Hiram Beltrán-Sánchez, investigadores del Centro de Geriatría de la Universidad del Sur de California, han publicado recientemente el artículo “Mortality and Morbidity Trends: Is there compression of Morbidity?” (“Tendencias de mortalidad y morbilidad: ¿existe una reducción de la morbilidad?”) en la revista Journal of Gerontology (06-12-10) que analiza la evolución de los años de vida saludable (es decir, vida sin enfermedades) que tiene la población en EEUU. Pues bien, tal estudio concluye que una persona que tenga 20 años ahora, tendrá un año menos de vida saludable durante toda su vida que una persona de 20 años de hace diez años, y ello a pesar de que la esperanza de vida del primero sea mayor que la del segundo. Tales autores subrayan que es un error creer que el hecho de que las personas vivirán más años significa que van a vivir más años con salud. Tal supuesto asume erróneamente que las mismas causas que determinan que la población viva más años determinan también que sean años más sanos, lo cual no es cierto.
De ahí la importancia de tomar como indicadores de vida laboral potencial (es decir, el número de años que el trabajador puede continuar trabajando) el número de años saludables durante la vida de una persona, antes y después de los 65 años, en lugar de considerar los años de vida que tendrá a partir de los 65. Tomando aquel indicador –años de vida sanos–, resulta que tal número ha disminuido en EEUU desde 1998. Se vive más años, pero menos años con salud. Un hombre de 20 años en 1998 puede esperar vivir 45 años más sin tener una de las tres mayores enfermedades crónicas (enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes). Pero estos 45 años descendieron a 43,8 años en el año 2005, es decir, más de un año. En las mujeres jóvenes pasa de 49,2 a 48 años durante el mismo periodo.
Otro indicador es la existencia de problemas de movilidad, definiendo como tal la capacidad de subir una escalera de más de diez escalones, andar más de medio kilómetro o estar de pie más de dos horas sin ninguna ayuda. Un joven de 20 años hoy tendrá –como promedio– 5,8 años de movilidad limitada, comparado con sólo 3,8 años hace diez años, es decir, dos años más. Una mujer joven que tiene 20 años ahora tendrá 9,8 años sin movilidad, comparado con 7,3 años hace diez años. Todos estos datos muestran que hemos podido retrasar el año en que nos morimos, pero no necesariamente retrasar ni la edad de envejecimiento ni la cantidad de enfermedades que tenemos. Desde 1998 a 2006 pudimos retrasar, por ejemplo, la mortalidad debida a enfermedades cardiovasculares entre los varones de edad avanzada, pero no el inicio de esta enfermedad crónica. Lo mismo en cuanto al cáncer y la diabetes, que han crecido, por cierto, durante estos diez años, sobre todo en las poblaciones de más de 30 años. Es decir, se ha mejorado el diagnóstico de las enfermedades y la supervivencia de los enfermos, pero no hemos reducido o eliminado tales enfermedades crónicas.
Pero lo que es incluso más preocupante es que existe un gradiente de cronicidad según la clase social del individuo, de manera que las limitaciones de movilidad y salud son más acentuadas en las clases populares que en las clases de renta alta (que son las que tienen mayor influencia política y mediática en nuestras sociedades). Todos estos datos son ignorados en la propuesta de retrasar obligatoriamente dos años la edad de jubilación.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=120323

¿Guerra de divisas o simplemente imperialismo?

Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa

Se viene hablando mucho en los últimos meses de la “guerra de divisas”, un término que alarma a la ciudadanía y con el que, como tantas veces, se crea una situación de alarma y miedo, como ha demostrado Naomi Klein en su libro La doctrina del shock, que oculta la naturaleza real del problema y justifica la adopción de medidas excepcionales.
Es verdad que los problemas en el sistema de pagos internacionales, en las cotizaciones de las diferentes divisas, están siendo la última manifestación de la crisis, junto a la explosión se la deuda. Pero conviene entender bien lo que hay detrás de ello y no creer por las buenas lo que los grandes poderes financieros están tratando de hacer creer: que se trata de una guerra desatada por los países emergentes o menos desarrollados contra los más ricos. En realidad, es más bien todo lo contrario: éstos últimos están tratando de utilizar sus divisas, cuando pueden hacerlo, como protección frente a las agresiones comerciales, financieras y cambiarias que reciben.
Hay que tener en cuenta que el papel del dólar como moneda internacional está cada vez más en cuestión y en peligro como consecuencia de que el déficit exterior de Estados Unidos y la política de incremento de la cantidad de dinero, como acaba de ocurrir con la creación de liquidez por valor de 600.000 millones de dólares por la Reserva Federal, son materialmente insostenibles por mucho tiempo.
El objetivo de esta última decisión de la entidad encargada de la política monetaria es estimular el consumo a través de una técnica conocida como Quantitative Easing y que consiste en utilizar esos dólares recién creados para comprar títulos de largo plazo de deuda pública estadounidenses.
De tal forma se busca presionar a la baja la rentabilidad ofrecida por tales títulos. Y como los préstamos a largo plazo se suscriben con la rentabilidad de los bonos estatales como referencia, se espera que tenga un efecto estimulante en el consumo.
Además, los nuevos dólares en el mercado contribuyen simultáneamente a devaluar la moneda estadounidense frente al resto de monedas internacionales, lo que favorece sus propias exportaciones y estimula el crecimiento de la actividad económica.
Lo que así lleva a cabo Estados Unidos no es ni más ni menos que una auténtica devaluación competitiva, es decir, una disminución programada de la cotización de su divisa, del dólar, para favorecer, como acabamos de señalar, las ventas de sus productos en el exterior. Y es esa política de Estados Unidos lo que, como acaba de reconocer el Premio Nobel Joseph Stiglitz, “invita a una respuesta de los competidores” ( Una guerra de divisas no tiene vencedores).
Algo que es natural y legítimo porque el resto de los países están igualmente interesados en utilizar el sector exterior para salir de la crisis. Y es porque la devaluación de la moneda estadounidense les perjudica seriamente, por lo que están comenzando también a devaluar sus monedas. Y, cuando no pueden, incluso a establecer controles de capital con el mismo fin.
La situación es especialmente problemática en una coyuntura como la actual. La demanda mundial se mantiene muy débil, de modo que la lucha por las exportaciones es muy intensa y lo más probable es que una espiral devaluacionista de este tipo (sin medidas globales que permitan recuperar la demanda) al final no de buen resultado para nadie.
Por eso, aunque la prensa económica internacional haya intentado presentar a los países emergentes como los culpables de esta guerra de divisas , el sentido apropiado para describir la agresión es el que acabamos de señalar. Es Estados Unidos y, más generalmente, los países ricos los que comenzaron con las devaluaciones al intentar superar la crisis salvando a los banqueros a través del uso sistemático de la máquina de imprimir dinero.
Precisamente esta nueva dimensión de la crisis en forma de crisis de divisas refleja también la incapacidad de las políticas neoliberales -y de los gobiernos y organismos internacionales que las propugnan- para encontrar una salida a una crisis financiera que comenzó hace ya más de tres años.
Sin medidas de cambio estructural, sin verdaderas reformas en la regulación financiera y comercial y dejando de nuevo que las grandes entidades financieras y las multinacionales dominen sin problema los mercados, las economías de casi todos los países del mundo se encuentran de nuevo, o siguen, en grandes aprietos. Y lo está quizá de un modo particular Estados Unidos, dada su envergadura y el liderazgo imperial que impone al resto del mundo.
El crecimiento de la economía estadounidense desde los años ochenta se ha basado en la combinación de déficit fiscal (fundamentalmente debido a las rebajas impositivas de las administraciones republicanas) y déficit privado (un ahorro privado inferior a la inversión), lo que lógicamente ha tenido también reflejo en un creciente déficit comercial (La razón de este desequilibrio se deriva de una ecuación básica: Saldo comercial (Exportaciones-Importaciones) = (Ahorro interno – Inversión ) + (Ingresos públicos – Gasto público). Si los dos saldos de la derecha registran déficit, también debe ser negativo el saldo comercial).
Eso es lo que ha provocado que Estados Unidos se haya convertido en un país deudor neto con respecto al resto del mundo. Es decir, la primera potencia mundial ha necesitado atraer cada vez mayores cantidades de ahorro mundial para poder mantener su crecimiento dado que no genera el suficiente ahorro interno para financiarlo. De hecho, ya atrae cerca del 80% del ahorro mundial.
Estados Unidos puede mantener esta situación sólo gracias a que esa ingente cantidad de deuda emitida (fundamentalmente bonos del Estado) está denominada en dólares, su propia divisa y cuya cantidad en circulación, por lo tanto, puede controlar a su antojo.
Así es como se produce el equilibrio tan inestable que domina los mercados de divisas. Estados Unidos como economía deficitaria se endeuda masivamente poniendo en circulación títulos en dólares y los países con superávit en sus cuentas corrientes, como China, utilizan sus reservas de divisas para comprarlos, permitiendo así que Estados Unidos siga creciendo.
El problema estriba en que este esquema no puede perdurar por mucho más tiempo, y menos aún cuando la crisis internacional ha puesto de relieve la debilidad del dólar como moneda internacional de referencia.
La crisis de las divisas no es ninguna guerra contra los países ricos. Es simplemente una manifestación elemental de que la confianza en que han de sustentarse los mercados está bajo mínimos, como consecuencia de la evolución de la crisis y del coste cada vez mayor de la solución imperial que Estados Unidos impone al resto del mundo como forma de afrontar los problemas económicos internacionales.
Es imposible seguir así. Por mucho que se quiera, no se puede seguir haciendo depender la economía mundial del poder económico de una sola potencia imperial como es Estados Unidos. No se trata de una simple opción moral o política, que ya de por sí estaría justificada y sería imperiosa. Se trata además de una imposibilidad puramente económica y financiera: Estados Unidos no dispone ya de la capacidad de maniobra que tuvo en 1945, ni la situación ni la solvencia de sus economía son las de entonces. Es verdad que puede forzar la situación y es lo que está haciendo gracias a que, a diferencia de su economía decadente, mantiene su gran y creciente poder político y militar. Pero eso se llama imperialismo y la respuesta a los problemas que crea no puede ser tratar de condenar a quien se defiende de él sino instaurar un sistema de relaciones económicas, financieras y de gobierno multilateral, democrático y sometido a los principios de la justicia y la igualdad.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=120325

Sois belle et cherche un emploi

Une fois par mois, durant toute l'année 2011, Pôle Emploi et un fonds de dotation organisent des journées d'«Action Relooking» à destination de femmes à faible revenu, chômeuses aux minima sociaux ou handicapées, qui rencontrent des difficultés à retrouver du travail après une longue période d'inactivité.

... Comme c'est délicat ! La première aura lieu aujourd'hui au 71 avenue de Wagram, le côté chic du 17e arrondissement de Paris, «dans le cadre feutré des shows rooms du “Bureau d’image by Cynthia Cohen Peres”». (On se croirait sur M6 où l'insupportable Cristina Cordula nous propose un «Nouveau look pour une nouvelle vie»…)

Pour ce faire, Cynthia Cohen Peres a peaufiné son logo :




Rendez-vous est fixé à 9h30 pour participer, jusqu'à 17h, à divers ateliers de coaching — une «styliste ongulaire» a même été prévue avant le DRH — «dans une ambiance conviviale», afin de «regagner l'estime de soi à travers un travail sur son image, apprendre à se présenter, à s'exprimer devant un futur employeur, mais aussi savoir convaincre sans stress. Mettre toutes les chances de son côté pour retrouver plus facilement un emploi». Demandez le programme !

Au cours de cette séance de «Relooking», un reportage photo sera réalisé et chaque participante sera photographiée avant et après. Visez un peu :





Enfin, au moment de se quitter à l'issue de cette journée de rêve, chaque Cendrillon repartira avec la tête pleine de conseils (les conseilleurs ne sont pas les payeurs, mais ça ne mange pas de pain…) et les mains pleines de cadeaux (produits de maquillage, échantillons soins de beauté, vêtements : notez l'altruisme et la prodigalité des prestigieux sponsors !). Puis, quand le carosse redeviendra citrouille, chacune sera «suivie individuellement» tout au long de l'année par EREEL… et Pôle Emploi, qu'on ne vous présente plus.

Par contre, on vous présente EREEL — qui organise et finance même la pause déjeuner de cette «action de coeur» ! EREEL est un fonds de dotation «au service des innovations en Europe pour favoriser le lien social». Bernard Debré, urologue et député UMP, en est le Président d'honneur. Pénélope Fillon, épouse de notre premier ministre, en est la «Marraine de cœur» tandis que Marie-Anne Chazel, actrice et soutien officiel à Nicolas Sarkozy en 2007, n'est que simple «Marraine»... Mais rassurez-vous : chez EREEL, on est apolitique.

Certes, le vice-président est avocat fiscaliste, mais ça n'a rien à voir avec les déductions fiscales accordées aux mécènes, touchantes et généreuses : faire de la charité pour se donner bonne conscience, voilà qui est rentable ! A l'UMP, y'a pas à dire, on bichonne les riches : par tous les biais on les allège du poids de l'impôt, quitte à priver les finances publiques de recettes pour aider les victimes de la crise qui sont, elles, priées de subir sa politique de rigueur et se contenter de miettes caritatives.

Un “Coiffeurs du Cœur” version bling-bling

Revenons à notre conte de fée. Figurez-vous que, pour l'inauguration de cette «action innovante», les trois sommités ci-dessus (Debré, Fillon et Chazel, «tous très touchés par cette initiative») feront leur apparition à 11h30, accompagnés de la Présidente fondatrice d'EREEL et flanqués de la chef du département partenariats à Pôle Emploi, Nicole Bréjou. De quoi impressionner notre petit groupe de pauvresses — qu'on imagine issues de quartiers populaires et n'ayant pas l'habitude de traîner chez les rupins —, déjà reçues dans ce cadre ô combien "irréel" (voyez sur la photo : un matelas, derrière, est prévu… pour mettre toutes les chances de votre côté !).

Bref, si t'es au chômage, pauvre et mal fagotée, si tu en as marre de te faire égaliser la frange par ta cousine, tu sais ce qu'il te reste à faire : contacter Pôle Emploi pour une coupe-brushing avec collation gratuites chez Cynthia Cohen Peres, à deux pas de l'Etoile. Car ces séances mensuelles parisiennes sont programmées pour toute l'année 2011, et l'opération pourrait être étendue sur toute la France.

Messieurs, ne soyez pas en reste : selon un membre anonyme de ce fonds de dotation venu se justifier sur notre forum, l'opération pourrait s'étendre aux hommes à partir de septembre !

Et maintenant, mieux que le «design sonore» concocté pour l'événement, ce petit interlude musical...



Ceci savouré, passons aux choses sérieuses.

«Quand un homme a faim, mieux vaut lui apprendre à pêcher que de lui donner un poisson», disait Confucius. Avec ce partenariat, EREEL et Pôle Emploi prétendent faire les deux alors que la rivière est polluée et qu'il n'y a quasiment plus rien dedans.

C'est bien gentil, tous ces gadgets caritatifs mi-dégradants, mi-compassionnels qui ne résolvent rien du tout. D'ailleurs la majorité des chômeurs, femmes ou hommes, savent très bien se rendre présentables et réserver leur meilleure tenue pour un entretien d'embauche. Ce qui manque, ce sont les emplois (en quantité comme en qualité), non la bonne volonté et les compétences des innombrables candidats !

Qui discrimine les personnes handicapées et impose un plafond de verre aux femmes ? Qui les rémunère moins bien que les hommes à des postes équivalents ? Qui leur réserve des emplois à temps partiel contraint et une retraite de misère ? Qui rogne sur la masse salariale et sacrifie les emplois sur l'autel de la rentabilité ? Qui est responsable du chômage ? C'est plutôt la mentalité du patronat qu'il faudrait relooker ! (On vous fait grâce de l'ultralibéralisme mondialisé, totalement irréformable…)

Grâce à Nicolas Sarkozy, l'ANPE et l'Assedic y ont déjà eu droit : pour quel résultat ? Un Pôle Emploi "new look" qui, en harcelant les chômeurs faute de n'avoir rien à leur proposer, leur coupe l'envie de se bichonner quand il ne leur coupe pas les vivres, ha-ha.

Ne nous leurrons pas. Avant d'être une question de goût ou de motivation, s'entretenir, s'occuper de son apparence est avant tout une question de moyens financiers. Et ce n'est pas une journée de «Relooking» qui peut y palier, même si ces femmes, après s'être fait déshabiller puis rhabiller comme des poupées Barbie, repartent avec des conseils… et des échantillons. Non ! S'occuper de soi est une habitude qui nécessite un budget constant. Or, quand on dispose de 400 € par mois, comment peut-on aller chez le coiffeur régulièrement, s'acheter des colorations pour couvrir ses cheveux blancs, renouveler sa garde-robe ? Reste à cultiver sa beauté intérieure.

Un atelier bidon de plus

Cette prestation — qui nous fait penser à la répugnante émission de M6 citée plus haut où le sujet à relooker est toujours un(e) imbécile qui ne sait pas ce qui est bon pour elle/lui (remarquez qu'à Pôle Emploi ou ailleurs, l'infantilisation sévit de la même manière) — est censée en quelques heures nous dire ce qu'il convient de faire «pour retrouver plus facilement» du boulot : se transformer en objet de désir pour un recruteur formaté.

Mais à quoi sert d'offrir des conseils pour être présentable et se sentir à l'aise si la personne concernée n'a pas les moyens financiers pour maintenir le cap ? A quoi sert d'offrir à quelqu'un une formation rapide sur un logiciel (le Pack Office Word-Excel-Powerpoint ou Photoshop, par exemple) si, à la maison, la personne n'a ni l'ordinateur ni le logiciel pour s'exercer, et si elle n'a pas l'emploi qui va lui permettre de pratiquer quotidiennement ce qu'on a eu la bonté de lui enseigner ? Tout cela est absurde.

Une fois de plus, outre le fait que l'on vit dans un monde où les apparences priment sur le reste — c'est la dictature du look, signe extérieur de winner, qui concerne d'abord les femmes mais aussi, de plus en plus, les hommes : bel exemple où le marketing triomphant, qui nous pousse à consommer, conditionne les individus dans leur comportement et leur jugement —, on nie la pauvreté qui empêche de s'aligner sur les standards, de plus en plus ineptes, que la société nous impose. Une société qui, infoutue de créer des emplois qui permettent de vivre, génère cette pauvreté tout en faisant, de temps à autre, semblant d'y remédier.

L'alinéa 11 du préambule de la Constitution du 27 octobre 1946 dit que «tout être humain qui, en raison de son âge, de son état physique ou mental, de la situation économique, se trouve dans l'incapacité de travailler, a le droit d'obtenir de la collectivité des moyens convenables d'existence». Le jour où notre pays, cinquième puissance économique du monde, se décidera à accorder à ses 8 millions d'exclus de vrais «moyens convenables d'existence», alors ils pourront contribuer à enrichir Mamie Zinzin sans qu'un fonds de dotation s'en mêle.

http://www.actuchomage.org/2011011113792/Social-economie-et-politique/soit-belle-et-cherche-un-emploi.html

Dépendance : les nouveaux gisements des industriels de l’« or gris »

Julie Morange

Voici venu le temps de l’« or gris », métaphore des profits juteux du marché de la dépendance. « Le business du cacochyme est devenu au fil des ans presque aussi juteux que le casino de Monte Carlo. Une fois les investissements immobiliers amortis, le taux de rentabilité dépasse facilement les 25% et c’est quand même pas mal » note à ce titre le journaliste Daniel Mermet [1]. Et ce n’est qu’un début. Dans les colonnes du Zinc, Julie Morange revient sur les nouveaux gisements des industriels de l’« or gris ».
La réforme de la dépendance, entamée par le gouvernement, devrait ouvrir des perspectives alléchantes pour un secteur déjà florissant. Et dont un mot d’ordre pourrait paraphraser la maxime d’Alphonse Allais : « Il faut prendre l’argent aux vieux pauvres. Certes, ils n’en ont pas beaucoup, mais ils sont si nombreux ! »
Mardi 4 janvier 2011, Roselyne Bachelot lançait la consultation préalable à la réforme de la « dépendance ». Plusieurs propositions devront être examinées d’ici cet été, afin de préparer l’introduction de mesures dans le budget 2012. Il s’agit de modifier la répartition actuelle de la prise en charge des personnes âgées : les dépenses publiques consacrées à la dépendance sont estimées à 22 milliards d’euros par an (principalement la sécurité sociale et les départements) ; les ménages y consacrent quant à eux environ 7 milliards d’euros [2].
Pour subvenir aux coûts supplémentaires qui devraient être occasionnés par le vieillissement de la population, plusieurs propositions de financement ont été mises sur la table : fiscalité, recours sur succession… mais la proposition la plus emblématique concerne la création d’une « cinquième branche » de la sécurité sociale, qui pourrait aller de pair avec un recours aux assurances privées. « La réforme doit donc alléger ce fardeau qui fragilise les départements et les familles modestes », explique l’Humanité [3]. Le quotidien omet de préciser que, si la « dépendance » se présente comme un fardeau pour le public et les familles, elle fait figure de véritable eldorado pour les industriels de l’« or gris », qui exploitent le filon prometteur… de la vieillesse.
- Un marché porteur
Le marché de la « dépendance » (le « marché sénescent », comme disent les gens bien élevés) repose sur deux facteurs ; D’une part, le chiffre croissant des personnes âgées : « Ils sont 1,1 millions de personnes âgées de 85 ans et plus dans notre hexagone ; et dans dix ans ils seront près du double […] Selon l’INSEE, le nombre de personnes âgées dépendantes devrait bondir de plus de 40% d’ici à 2020 et devrait quasiment avoir doublé en 2040. Quelle industrie peut se prévaloir d’une aussi réjouissante prévision de marché ? [4] »
D’autre part, la prise en charge des personnes âgées dépendantes par les pouvoirs publics est largement insuffisante. Pour plus d’un million de plus de 85 ans, on compte seulement 600000 places dans les maisons de retraites publiques, dont le taux d’occupation est à son maximum [5]. Dès lors, les opportunités sont nombreuses pour les établissements privés, d’autant que les personnes âgées disposent souvent de ressources diverses : leurs propres patrimoine et biens, mais aussi… l’argent de leurs descendants. Qu’il s’agisse des maisons de retraites publiques (par manque de fonds) ou des privées (par quête de rentabilité), les personnels sont soumis à de véritables cadences fordistes.
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(extraits du reportage de Charlotte Perry pour Là-bas si j’y suis, voir en note de bas de page)
Quant à l’« or gris », c’est peu dire qu’il rapporte : « Une demi-douzaine de grands groupes écument désormais le marché et alignent des bénéfices haut comme ça : ceux de Medidep 12,4 millions d’euros, ont été multipliés par 10 depuis 1998 ; et des cours de bourse sont dopés à la cortisone : les actions d’Orpéa, la société de Jean-Claude Marian n’ont-elles pas doublé en moins d’un an ? Pas étonnant que les investisseurs se précipitent dans le créneau comme des oursons sur un pot de miel ! »
Jean-Claude Marian, par ailleurs président du conseil de surveillance de Medidep jusqu’en 2005, n’est certes pas le seul à participer à cette ruée vers l’« or gris » : « Le fonds de pension britannique Bridgepoint n’a par exemple pas hésité à flamber 330 millions d’euros en 2003 pour mettre la main sur Medica-France, 5100 lits, et pas un matin ne se lève sans qu’un particulier monte un dossier de construction de résidence auprès de sa préfecture avec le fol espoir de faire la culbute. On appelle tout cela "l’or gris", le business des mouroirs. »
- Le roi de la dépendance
Jean-Claude Marian est en quelque sorte le « roi de l’or gris ». En 1989, alors que la plupart des établissements privés s’adressent à une clientèle fortunée, il fonde Orpéa, un groupe de maisons de retraites qui propose une « offre » moyenne destinée à suppléer la prise en charge publique, de plus en plus défaillante. Après des débuts compliqués, dans le courant des années 90, le succès de ses maisons de retraite s’affirme… et se confirme dans la décennie 2000. Il s’est même lancé depuis quelques années à la conquête des marchés étrangers : Espagne, Italie, Belgique, Suisse... Aujourd’hui, Marian dispose de la 93ème fortune de France, qui est estimée par Challenge [6] à 401 million d’euros en 2010.
Depuis les années 1990, Jean-Claude Marian milite pour la mise en place d’un « 5ème risque pour la dépendance » de la Sécurité Sociale. Un dispositif qui aurait notamment le bon goût de permettre au plus grand nombre de bénéficier des services du bon « docteur » Marian… Au frais du contribuable. Il a semble-t-il été entendu par Roselyne Bachelot, ministre des solidarités et de la cohésion sociale. Il faut dire que la ministre, qui a déjà démontré sa solidarité à l’égard des industriels de la santé, pouvait compter notamment sur son nouveau directeur de cabinet, ancien administrateur délégué… chez Orpea de 2004 à 2006 [7].
- Financiarisation de la dépendance
Bien sûr, il n’y aura pas que les groupes de maison de retraite qui sont susceptible de bénéficier de la réforme. En rendant obligatoire le recours à des assurances privées, va contribuer à financiariser la « dépendance ». Cela tombe bien ; car en France, le marché de l’assurance dépendance tarde à se développer : le taux d’équipement du marché de l’assurance dépendance se situe entre 10 et 15 %, alors qu’il est de plus de 86 % pour la complémentaire santé. De quoi rassurer Denis Kessler, par ailleurs administrateur de l’Union des Assurances de Paris et PDG d’une société de réassurance, qui avait remarqué en 2007 cette « énigme de l’assurance dépendance » [8]
« Pour les mutuelles et les assurances, l’opportunité est de taille : il s’agirait de collecter l’épargne individuelle de millions de salariés à partir d’un certain âge » note Le Monde [9]. La logique est poussée jusqu’au bout, puisque, si les assurances privées pourraient profiter de l’épargne des ménages solvables, le « cinquième pilier » devrait prendre en charge les coûts liés à la prise en charge des plus démunis. En d’autres termes, la « dépendance » représente elle aussi un bon prétexte pour privatiser les profits et socialiser les pertes.
« Le secteur de la santé, au sens large, est un gouffre financier quand il est public et devient, comme par miracle, le nouvel eldorado quand il est privé. Mais l’eldorado pour qui ? [10] » s’interroge un blogueur. Certainement pas pour les personnes âgées. Comme le rappelle Daniel Mermet, « Il y a des organismes qui luttent contre la maltraitance, il y a des promesses de lutter contre la maltraitance [...] et différents types de maltraitance. Mais la première maltraitance évidemment est de considérer la personne âgée comme une marchandise au mieux, un déchet, au pire. »
 IMG/mp3/font.mp3
(Prohibition, Brigitte Fontaine (2010))
[1] A écouter sur le site d’archives de Là bas si j’y suis, émission du 16 novembre 2009 consacrée aux maisons de retraite / reportage de Charlotte Perry : http://www.la-bas.org/article.php3?...
[2] Lire sur le site de l’Humanité, « Réforme de la dépendance, les pistes sur la table » (4 février 2011) : http://humanite.fr/04_01_2011-r%C3%...
[3] Ibid.
[4] Les citations qui suivent sont tirées des interventions de Daniel Mermet, dans le reportage de Charlotte Perry : http://www.la-bas.org/article.php3?...
[5] Ministère des affaires sociales, DREES.
[6] Lire la notice qui lui est dédié sur le site de Challenge : http://www.challenges.fr/classement...
[7] Lire la notice d’Olivier Le Gall, sur le site de la Gazette Santé : http://www.gazette-sante-social.fr/...
[8] « Le marché de l’assurance dépendance », par Manuel Plisson : http://www.ffsa.fr/webffsa/risques....
[9] Dépendance : La réforme pourra-t-elle être faite avant 2012 (05/01/2011) : http://www.lemonde.fr/politique/art...
[10] Lire sur le blog de M’sieur Patrick : http://msieurpatrick.typepad.com/ms...

http://dessousdebruxelles.ellynn.fr/spip.php?article139

Greve da Carris entre 7 e 11 de Fevereiro

Os trabalhadores da Carris vão fazer greve num dia entre 7 e 11 de Fevereiro que ainda será anunciado. Cento e cinquenta trabalhadores da empresa poderão ter de ser despedidos se o plano de redução de custos for aprovado pelo Ministério das Finanças, admitiu a Carris à Lusa no mês passado.

Os representantes sindicais exigem uma audiência com o ministro das Obras Públicas, Transportes e Comunicações, António Mendonça, para que lhes seja esclarecido o plano de cortes nos custos e que o processo de negociações tenha “início imediato”.

A comissão de trabalhadores e os sindicatos criticam, disse à Lusa o dirigente do Sindicato dos Trabalhadores de Transportes Rodoviários e Urbanos de Portugal, Manuel Leal, “a postura, quer do conselho de administração da Carris quer do Governo, de ocultar o plano de redução de custos da empresa”.
http://economia.publico.pt/Noticia/greve-da-carris-entre-7-e-11-de-fevereiro_1475279

Crédito malparado relacionado com desemprego

Argentina: Pobreza y muerte tienden a naturalizarse

Julio C. Gambina

La pobreza es una cuestión estructural que requiere soluciones de fondo y que difícilmente se resuelva con modelos que aseguran una elevada concentración de la riqueza.
La cruda realidad de la pobreza se instaló en la vidriera pública de la ciudad opulenta, Buenos Aires, la metrópoli de mayor ingreso per cápita del país, sede del poder económico de la Argentina y por ello, el territorio donde se genera la agenda mediática de discusión sobre la problemática nacional.
Hasta hace muy poco, la visibilidad de la pobreza se radicaba en el interior de la Argentina, con las dramáticas imágenes de los desnutridos en el norte, especialmente entre los pueblos originarios. Ahora, en Villa Soldati, en el sur empobrecido de la Capital Federal, los pobres, entre ellos varios inmigrantes, se hacían notar con la toma de un predio público en demanda de vivienda. Junto al “glamour” del patrón de consumo suntuario, el negocio inmobiliario y la difusión de un turismo extranjero de importante concentración de gasto y una importantísima oferta cultural, la Ciudad de Buenos Aires mostró la otra cara, muchas veces invisible, la de la pobreza y la desaprensión de las políticas públicas.
Una desaprensión puesta de manifiesto en la insuficiencia de la ejecución del presupuesto público de vivienda de la ciudad. Menos del 20% de la partida afectada ha sido ejecutada por el gobierno local de Mauricio Macri, como parte de la subejecución y desmantelamiento de las áreas públicas de articulación de política oficial con movimientos territoriales organizados económicamente para resolver participativamente la gestión del hábitat, un propósito logrado en dos décadas de luchas y demandas de los pobres organizados de la Ciudad de Buenos Aires por obtener viviendas y que ahora tienden a discontinuarse.
Pero desaprensión también por el accionar represivo de las policías local y nacional, ya que la represión seguida de muerte involucra y responsabiliza a las policías metropolitana y federal; ambas investigadas en estos momentos, y quizá sea el dato político de reconocimiento crítico en estas horas la creación de un Ministerio de Seguridad con especificidad diferenciada de lo que hasta ahora funcionaba como Ministerio de Justicia, seguridad y derechos humanos. Precisamente, son los derechos humanos, principalmente de los empobrecidos, los primeros afectados por la inseguridad resultante del accionar de las fuerzas de seguridad.
Los pobres, una realidad más allá de datos estadísticos que en estas horas discuten las autoridades nacionales con la misión del FMI, pagan con su vida, la desaprensión de los gobernantes y la intervención represiva seguida de muerte por omisión o acción, sea en el caso de la muerte de Mariano Ferreyra a mano de patotas dirigidas por la burocracia sindical, o en el caso de la comunidad toba en Formosa a manos de la policía brava local, y ahora, en proceso de investigación sobre responsabilidades de las policías intervinientes en los asesinatos, y nuevamente, personas armadas identificadas con su pertenencia y acción en el sindicalismo tradicional.
Es ya una costumbre con tendencia a la naturalización la muerte por represión o asesinato directo de militantes y protagonistas de una protesta que demanda reivindicaciones económicas sociales, sean éstas los reclamados derechos de los trabajadores precarios; las peticiones de los pueblos originarios por sus condiciones de vida; o la demanda habitacional de la ocupación en el Parque Indoamericano de la ciudad porteña. Es un problema a denunciar el acostumbramiento a la muerte de quienes reclaman por sus derechos económicos y sociales.
Es una preocupación a considerar, más allá de las críticas necesarias que puedan hacerse a declaraciones xenófobas de gobernantes, en este caso de Mauricio Macri, o de la misma población (los vecinos linderos al predio ocupado) hacia personas inmigrantes, reproduciendo una conducta que criticamos desde nuestro país cuando en territorios del extranjero se maltrata a argentinos residentes, o compatriotas que pretenden ingresar a otros países.
El racismo es un fenómeno que recae sobre los empobrecidos en todas partes del mundo y es parte del modelo de desarrollo económico y social contemporáneo que genera crecimiento de la desigualdad y sensación de población excedentaria, donde la vida no vale y así como se la reprime, se la mata, se la induce a ser carne de cañón de una delincuencia organizada desde el poder económico, involucrando a los pobres en el entramado ilegal del tráfico de drogas, el negocio ilícito de la trata de personas y la circulación de armas para una violencia que enfrenta a pobres contra pobres y tiende a generalizarse como modo de vida cotidiano en grandes centros urbanos, tal como nos devuelve la realidad de algunos países latinoamericanos y crecientemente ocurre en la Argentina.
A no dudar que el tema es la pobreza, e insistamos, aunque los indicadores oficiales sugieran disminuciones importantes respecto del máximo de los momentos de agudas crisis, tal como aconteció en el 2002 con 57% de población bajo la pobreza y 22% de desempleados, ambos guarismos son elevados con relación a la media histórica de los años previos a la aplicación de las políticas neoliberales. Hoy parece un logro una tasa de desempleo menor al 8%, cuando hace 30 años, allá por los 70´ e incluso los 80´, la preocupación se constituía con tasas de desempleo del 5 ó 6%, solo superando esos valores cuando en 1989 se hizo evidente el empobrecimiento de buena parte de la población argentina.
El tema de la pobreza es una cuestión estructural que requiere soluciones de fondo y que difícilmente se resuelva con modelos que aseguran elevada concentración de la riqueza y de los ingresos que fundamentan la visible desigualdad imperante. Nuestra aspiración es que no se naturalicen la pobreza y la muerte de los pobres por asesinato y represión.

http://www.tni.org/es/article/argentina-pobreza-y-muerte-tienden-naturalizarse

SOBRE ESTRUCTURAS Y CAPITALES: BOURDIEU, EL ANÁLISIS DE REDES, Y LA NOCIÓN DE CAPITAL SOCIAL

Denis Baranger

Este trabajo versa sobre las ideas teóricas y metodológicas de Pierre Bourdieu y su relación con el análisis de redes sociales (ARS). Partiendo de la tradición del ARS en la antropología social, se muestra como ésta se basa en el concepto de estructura originado en Radcliffe-Brown, que muy poco tiene que ver con el de Bourdieu. Luego se exponen los equívocos a que ha dado lugar el uso compartido de la expresión "capital social" por Bourdieu y por Coleman, mostrando cómo la confusión obedece en parte a una indeterminación inicial del significado del término de "capital simbólico", el que inicialmente designa al capital social tanto como al simbólico. Por último se argumenta acerca de las posibilidades de articular el análisis de redes sociales a la metodología de Bourdieu para lograr topografías de mayor poder descriptivo que permitan incorporar las estructuras de la interacción dentro del espacio social. - "Sobre estructuras y capitales: Bourdieu, el análisis de redes y la noción de capital social", Revista de Antropología Avá, Nº 2, pp. 41-63, septiembre 2000. ISSN 1515-2413

http://www.scribd.com/doc/23950053/BourdarsAVA

Le déni des cultures (retour) : les critiques d'une spécialiste des familles africaines

Au début du mois d'octobre, nous avions consacré un petit dossier à la parution du livre de Hugues Lagrange et à la polémique qu'il a suscitée au sein même du monde universitaire et scientifique. La vie des idées publie aujourd'hui plusieurs commentaires revenant sur le contenu de ce livre. Dans l'un d'eux, Solène Lardoux, démographe, spécialiste de la famille au Mali, se livre à une analyse très critique non seulement des thèses et interprétations générales soutenues par notre collègue, mais aussi des données empiriques et de la bibliographie sur lesquelles il s'appuie, ou bien au contraire qu'il n'a hélas pas consultées. Cette analyse confirme le culturalisme de l'analyse de Lagrange ainsi que les lacunes de sa documentation.
http://www.laurent-mucchielli.org/index.php?post/2011/01/11/Le-d%C3%A9ni-des-cultures-%28retour%29-%3A-les-objections-d-une-d%C3%A9mographe

Le placement du mineur délinquant : entre logiques institutionnelles et stigmatisation

Cet article de recherche expose les différentes étapes de la mise en œuvre d’une mesure de placement d’un mineur délinquant. En s’appuyant sur la sociologie des organisations, il montre que cette mise en œuvre comporte différentes zones d’incertitudes propices aux négociations et enjeux de pouvoir entre les principaux acteurs. Les stratégies élaborées par les professionnels visent bien souvent la résolution de problèmes institutionnels ou intra-organisationnels. Pourtant, le choix du foyer et le déroulement de cette mesure influent fortement sur le parcours du mineur et stigmatisent son identité sociale.
Lire la suite de cet article de Ludovic JAMET dans la revue Sociétés et jeunesses en difficulté .

http://www.laurent-mucchielli.org/index.php?post/2011/01/11/Le-placement-du-mineur-d%C3%A9linquant-%3A-entre-logiques-institutionnelles-et-stigmatisation

Une Revue géopolitique des criminalités

Nous signalions ici la naissance de la Revue géopolitique des criminalités dont le premier numéro est accessible gratuitement (les suivants, quatre par an, seront payants. Cette revue est l'organe de presse de l’Observatoire géopolitique des criminalités . Pour ses animateurs , « la géopolitique ne se réduit pas à des activités diplomatiques, des manœuvres de services secrets et des conflits armés de haute ou basse intensité, mais se déploie dans des dimensions économiques et sociales essentielles dont il faut rechercher, sans a priori, les tenants et les aboutissants. Les "criminalités" que nous observons sont nombreuses et fonctionnent en réseaux de toute nature : elles trafiquent d’innombrables produits issus de l’agriculture ou de l’industrie, proposent les services les plus divers à commencer par la fraude financière, s’attaquent à l’environnement ou directement à l’être humain, utilisent la violence la plus brutale comme la plus insidieuse mais toujours d’une manière réfléchie, s’infiltrent dans la société légale à partir de territoires apparemment extérieurs ou naissent en son cœur ». Ils précisent également que « pour voir plus clair dans ce monde opaque des dynamiques criminelles, terriblement réactives, l’OGC et la revue se donnent un moyen essentiel qui, à notre connaissance, n’a jamais été utilisé systématiquement : faire travailler ensemble et dans la durée, des chercheurs, des journalistes et des praticiens ».
Parmi les chevilles ouvrières de ce projet, outre l'avocat Charles-Henri de Choiseul, nos collègues Charles Capela (maître de conférences à l'Université Lyon 2) et Fabrice Rizzoli (docteur en science politique, animateur d'un site Internet sur Les mafias ).

http://www.laurent-mucchielli.org/index.php?post/2011/01/12/Une-Revue-G%C3%A9opolitique-des-Criminalit%C3%A9s

Emeutes en Tunisie : les chercheurs avaient prévu

La Tunisie vit depuis le 17 décembre 2010 des évènements dramatiques que les chercheurs avaient hélas prévus. Les travaux publiés dans la revue L’Année du Maghreb , en 2009 et en 2010, avaient en effet mis en avant la forte probabilité d’éclatement d’émeutes.
« Lorsqu’elle a éclaté au début de l’année 2008, personne ne soupçonnait l’ampleur qu’allait prendre la révolte du bassin minier de Gafsa. Limitée au départ à des revendications socioprofessionnelles, elle a progressivement revêtu une dimension politique et protestataire qui fait d’elle un mouvement social emblématique de la crise du « système Ben Ali ». Sur le plan sécuritaire d’abord, où les modes d’encadrement autoritaires habituels se sont rapidement avérés incapables de contenir la contestation sociale, au point de remettre en cause la cohérence du dispositif répressif. Sur le plan économique, ensuite, la révolte du bassin minier est venue égratigner sérieusement le mythe de la "Tunisie dragon d’Afrique", le chômage, la précarité généralisée et la corruption constituant les principaux moteurs de la protestation. Sur le plan politique, enfin, dans la mesure où les forces d’opposition classiques et les syndicats se sont retrouvés dépassés par l’audace protestataire de citoyens ordinaires. En ce sens, le mouvement social du bassin minier est porteur de "leçons politiques", sur lesquelles il est nécessaire de revenir, afin d’appréhender la dégénérescence du Pacte de sécurité mis en place par le régime au cours de la décennie précédente ».
Lire cet article de Larbi Chouikha et Vincent Geisser paru dans ''L'année du Magheb''.

http://www.laurent-mucchielli.org/index.php?post/2011/01/13/Emeutes-en-Tunisie-%3A-les-chercheurs-avaient-prevu 

Vive la crise, saison 2 !

écouter: Laurent Cordonnier, à propos de l'émission"Fric, krach et gueule de bois : le roman de la crise", mardi soir, sur France 2
Là-bas si j'y suis, par Daniel Mermet, 13 janvier 2011

lire: « Vive la crise ! », saison deux par Laurent Cordonnier

Cortes nas escolas vão provocar revolução

Se a proposta de despacho de organização do ano lectivo for aprovada sem alterações, as escolas serão obrigadas a mudar a sua estrutura: desporto escolar, clubes e apoios podem estar em risco, o que significa que os alunos podem ficar com horários reduzidos.
O Orçamento do Estado da Educação sofreu um corte este ano de 11,2 % em relação a 2010 - são menos 803,2 milhões de euros. O maior impacto da redução financeira vai ser sentido pelas escolas no próximo ano lectivo. Menos verbas para funcionamento, menos professores (Fenprof estima mais de 30 mil) e menos horas para actividades de enriquecimento curricular. Já os alunos podem passar a sair mais cedo, se todos os cortes se confirmarem.
Todos os projectos, incluindo o desporto escolar, os clubes de Matemática ou Ciência, plano de acção para a Matemática, apoios e até aulas de substituição podem estar em risco se a proposta de despacho de organização do ano escolar for aprovada sem alterações, garantem docentes e directores.
O Conselho de Escolas aprovou, por unanimidade, um parecer que considera "comprometidos o apoio educativo, a escola a tempo inteiro, as aulas de substituição, o desporto escolar, o de-senvolvimento de projectos educativos, o cumprimento das metas de aprendizagem, e os objectivos a atingir até 2015" se o Governo não mudar o diploma.
"Os alunos não são os culpados e não podem ser as vítimas", frisou, ao JN, o presidente da Associação Nacional de Directores de Agrupamento e Escolas Públicas (ANDAEP). Tanto Adalmiro Botelho da Fonseca, como o presidente do Conselho de Escolas (CE), Manuel Esperança, e o líder da Fenprof, Mário Nogueira, convergem: as cortes obrigam as escolas a uma nova organização a partir de Setembro. "Não vão fechar, naturalmente, mas só vão conseguir assegurar um ensino mínimo, vá lá, razoável", teme Nogueira. A Fenprof estima que a conjugação das medidas já aprovadas - como a eliminação da Área de Projecto e Estudo Acompanhado - com as agora planeadas possa conduzir ao despedimento de mais de 30 mil professores, que pode atingir não só os contratados como a redução dos horários (ou aumento de horários zero) entre os de quadro.
O JN confrontou o Ministério da Educação com as preocupações dos docentes e fonte do gabinete de Isabel Alçada sublinhou que a proposta "ainda não está fechada"; que o desporto escolar "será alvo de despacho específico" e que o "sistema educativo gera milhões de horas não lectivas", pelo que o Governo decidiu redistribuir o crédito concedido às escolas, "de forma mais equitativa".

http://jn.sapo.pt/PaginaInicial/Nacional/Interior.aspx?content_id=1756784

13/01/2011

Mães trabalhadoras têm menos oportunidades de emprego em Portugal

Apenas 28 por cento das empresas nacionais tem a intenção de contratar mães trabalhadoras em 2011, embora 43 por cento planeie contratar novo pessoal. Segundo um estudo internacional divulgado hoje pela Regus, a proporção de empresas que pretende contratar mulheres com filhos diminuiu um quinto em relação ao ano passado e a tendência é bastante evidente em Portugal.

Uma das principais preocupações de 25% dos empregadores portugueses é a possibilidade de as mães trabalhadoras tirarem licença de maternidade para terem outra criança. No entanto, em geral, as empresas portuguesas mostraram-se muito menos preocupadas com isto que a média global, diz o estudo.

Por outro lado, a tendência para não atribuir salários elevados a estas mulheres é também ligeiramente inferior à média (55%).

Paulo Dias, Director Geral da Regus para a Região da Europa, Médio Oriente e da África (EMEA), afirma que, devido às restrições económicas, "não é surpreendente ver que as atitudes preconceituosas voltam a estar na ordem do dia e que algumas empresas continuam a mostrar receios obsoletos no ambiente actual de trabalho ”.

O responsável refere ainda que a maioria das empresas receia que os compromissos familiares impeçam as mulheres com filhos de se dedicarem totalmente ao seu emprego e que, em consequência disso, “Portugal oferece muito poucas oportunidades de trabalho a tempo parcial às mães trabalhadoras”.

O estudo hoje divulgado foi feito com base num inquérito realizado a mais de 10.000 empresas da base de dados da Regus, durante Agosto e Setembro de 2010. Os inquiridos tiveram de responder a questões sobre as suas intenções de contratar mães trabalhadoras e sobre o papel destas no local de trabalho.
http://publico.pt/Sociedade/maes-trabalhadoras-tem-menos-oportunidades-de-emprego-em-portugal_1475097

Segundo a DECO, uma família média gastará mais 900 euros/ano

« L’économie de la connaissance », le nouveau management public et les politiques de l’enseignement supérieur dans l’Union européenne.

Chris Lorenz

Aux yeux des hommes politiques et des journalistes, l’enseignement supérieur, en Europe comme aux États-Unis, est, semble-t-il, un sujet beaucoup plus porteur qu’il ne l’était il y a dix ans. Puisque, selon les rumeurs, dans « notre ère globalisée », nous vivons dans une « société de la connaissance » et puisque nos économies sont fondamentalement des « économies de la connaissance », l’enseignement supérieur attire beaucoup plus l’attention aujourd’hui. Ces nouveaux mots d’ordre ont réussi à se diffuser au sein du monde académique et en dehors. Depuis dix ans, ils sont au cœur du discours sur la politique européenne de l’enseignement supérieur1.
D’un point de vue historique, la carrière publique soudaine de l’idée d’une « société de la connaissance » comme d’une « économie de la connaissance » ne manque pas de surprendre : depuis les Lumières, les penseurs européens — Voltaire, Comte, Heidegger, Foucault, Habermas, etc. — n’ont cessé d’insister sur le fait que la production et l’application systématique du savoir constitue la caractéristique spécifique des sociétés modernes de type européen. On voit mal comment on pourrait présenter « l’économie de la connaissance » et la « société de la connaissance » comme des idées nouvelles, étant donné qu’elles sont connues des Européens « civilisés » depuis plus de deux siècles et demi. On peut donc s’attendre à ce que la nouvelle signification de la « société de la connaissance » soit très différente de son sens traditionnel, ancré dans la pensée des Lumières.
Cette hypothèse se confirme si l’on note que ses nouveaux défenseurs décrivent les universités comme des entreprises et les universitaires comme des entrepreneurs. Dans le même temps, de véritables entrepreneurs sont maintenant tenus pour des « actionnaires » légitimes des « MacUniversités », et comme tels autorisés à siéger aux conseils d’administration. L’idéologie de « l’économie de la connaissance » signifie donc simplement que la production de la connaissance relève du domaine de l’économie : l’homo academicus doit se calquer sur l’homo oeconomicus. L’économie capitaliste ne tire plus sa légitimité idéologique de la science, comme c’était le cas à l’ère du « capitalisme tardif », selon les analyses de Jürgen Habermas : désormais, la science elle-même est sommée de se justifier d’un point de vue économique2.
Dans les lignes qui suivent, j’étudierai les politiques européennes sur l’enseignement supérieur après la déclaration de Bologne pour montrer les origines de la théorie et de la pratique de « l’économie de la connaissance ». La démonstration s’organise ainsi : dans un premier temps, je décrirai et analyserai la déclaration de Bologne faite le 19 juin 1999 par les ministres de l’Éducation des pays de l’Union européenne ; j’analyserai ensuite le contexte historique dans lequel s’insèrent les déclarations de Bologne, de Lisbonne et de Paris, et enfin les activités de l’Organisation mondiale du commerce et en particulier les accords généraux sur les biens et les services, du Gatt (General Agreement on Trade and Tariffs) et du Gats (General Agreement of Trade in Service) ; en troisième lieu, j’esquisserai une description du contexte historique dans lequel la déclaration de Bologne entre en fonction et je m’attarderai particulièrement sur le néolibéralisme et le « nouveau management public » (nmp).
En définitive, je montrerai que dans le contexte du néolibéralisme, du nouveau management public et de l’idéologie de « l’économie de la connaissance », la déclaration de Bologne constitue fondamentalement une transformation silencieuse de l’université humboldtienne, autrefois consacrée à la recherche et aujourd’hui remplacée par une « MacUniversité » néolibérale3.
La déclaration de Bologne.
On peut identifier, dans la déclaration de Bologne4, les huit objectifs suivants :
  • La création d’un « espace de l’enseignement supérieur » en Europe — sans plus de détails sur ce que cela signifie au juste.
  • L’objectif d’augmenter la compétitivité internationale de l’espace de l’enseignement supérieur européen : c’est en fin de compte ce qui se révèle être l’idée centrale.
  • L’adoption d’un système de diplômes lisible, compatible et comparable, pour favoriser l’employabilité des citoyens européens et la compétitivité du système européen d’enseignement supérieur.
  • L’adoption d’un système basé essentiellement sur deux cycles principaux, le premier cycle et le second cycle (la licence et le master). Le système est plus connu sous le nom de « modèle anglo-saxon » (BA pour le premier cycle, et MA pour le second) bien que la déclaration se garde bien d’utiliser cette étiquette. Le premier cycle devrait durer au moins trois ans et être en phase avec le marché du travail.
  • L’établissement d’un système uniforme de crédits (ensuite connu sous le nom de système ects : European Credit Transfer System) comme moyen efficace pour promouvoir la mobilité étudiante la plus large possible. Il n’apparaît pas nécessaire d’expliquer en quoi la mobilité est désirable. Notons que les crédits peuvent s’acquérir dans des contextes d’éducation extra-académiques.
  • La « promotion de la mobilité pour les étudiants, les enseignants, les chercheurs et le personnel administratif. » Là encore, il ne paraît pas nécessaire d’expliquer pourquoi cela est désirable : dans « l’ère de la globalisation », la mobilité est tout simplement un bien en soi. Cela se reflète aussi dans l’omniprésence, dans les documents de l’Union européenne, de la notion de flexibilité.
  • La « promotion de la coopération européenne pour la garantie de qualité, avec l’objectif de développer des critères et des méthodologies comparables » On ne précise pas en quoi consiste le « contrôle de qualité », ni la raison pour laquelle il faudrait une « garantie de qualité » séparée des mécanismes professionnels de contrôle de la qualité déjà exercés par les universitaires. Les contrôles externes de l’enseignement et de la recherche sont présentés comme des phénomènes naturels, et personne ne cherche à se demander ce qu’il est advenu de la notion d’autonomie professionnelle des universitaires ou de l’idée de liberté académique. Ce nouvel accent placé sur le contrôle se retrouve dans la prolifération des notions d’obligation de rendre compte, d’efficacité et de contrôle de qualité.
  • « La promotion des dimensions européennes nécessaires dans l’enseignement supérieur, en particulier en ce qui concerne le développement de programmes d’enseignement, la coopération inter-institutionnelle, les programmes de mobilité et les programmes intégrés d’étude, de formation et de recherche. » En quoi consisteraient ces « dimensions européennes » n’est pas explicité.
Au total, la déclaration de Bologne appelle de ses vœux l’intégration de tous les systèmes nationaux d’enseignement supérieur au sein de l’Union européenne pour ne former qu’un seul système éducatif européen, avec pour objectif central l’augmentation de sa « compétitivité internationale ». Pour atteindre ces objectifs, les structures de base des systèmes nationaux doivent être uniformisées, avec des cycles et des diplômes identiques, sans oublier, et c’est très important, les mécanismes uniformes de contrôle des universitaires.
Les dernières lignes de la déclaration de Bologne sont lourdes de sens, révélant qu’il s’agit de bien plus que d’une simple déclaration de politique ou d’un événement ponctuel : elles annoncent un processus continu qui accompagnera dès lors les Européens. À Bologne, l’Union européenne a pris la décision consciente de placer les systèmes d’enseignement supérieur européens dans un état permanent de supervision et de réforme.
Le contexte historique de la déclaration de Bologne.
La déclaration de Paris, en 1998, annonce en ligne directe la déclaration de Bologne. Cette déclaration souligne l’inquiétude de l’Europe au sujet de la compétitivité et de l’attractivité de l’enseignement supérieur européen, en comparaison à celles de l’Amérique du Nord et de l’Australie (faut-il souligner qu’il s’agit de régions anglophones ?). L’Europe, selon cette déclaration, est en train de perdre du terrain dans la compétition pour attirer un marché étudiant asiatique prometteur et en pleine expansion. Seul le Royaume-Uni fait exception.
Le succès « exceptionnel » de l’enseignement supérieur britannique explique sans doute pourquoi « le » modèle anglo-saxon a été accepté à Bologne, quasiment sans discussion, comme modèle général européen. La possibilité que ce « succès » anglo-saxon exceptionnel s’explique par la position exceptionnelle de la langue anglaise dans le monde, et non par la structure formelle des institutions éducatives du monde anglo-saxon, n’a pas été étudiée sérieusement. La question du langage dans l’enseignement supérieur européen n’est quasiment jamais discutée au niveau des décisions politiques. J’ai une hypothèse à ce sujet : le domaine linguistique étant très imperméable aux mesures politiques en tant que telles, il est délaissé par les agents chargés de concevoir et de mettre en œuvre des politiques.
À Paris, les inquiétudes européennes sur le marché global de l’enseignement supérieur se situaient principalement sur un plan économique, bien que les références symboliques à la culture européenne n’aient pas manqué5. Les motivations et les programmes d’ordre économique furent exprimés encore plus ouvertement lors de la réunion européenne de Lisbonne en mars 2000. Étant donné ce qui fut décrit comme le succès des États-Unis et de l’Australie à produire une « valeur à l’exportation » dans le domaine de l’enseignement supérieur, l’Union européenne décida qu’elle ne pouvait tolérer plus longtemps l’infériorité européenne sur le marché mondial de l’éducation6. À Lisbonne, l’Union européenne formula son intention audacieuse de devenir « le bloc économique le plus dynamique et le plus compétitif du monde entier ». Ni plus ni moins, et pas à long terme, mais au plus vite : avant 2010.
Puisque l’économie mondiale est une « économie de la connaissance », l’Union européenne en vint nécessairement à la conclusion que l’enseignement supérieur européen devait lui aussi devenir le plus dynamique et le plus compétitif du monde. Par conséquent, en 2001, les ministres de l’Éducation de l’Union européenne convertirent cette intention en un ordre du jour ambitieux dans le domaine de l’éducation7. Comme on pouvait le prédire, le « processus de Lisbonne » n’a réussi, pour l’heure8, qu’à produire des déceptions majeures, car il était tout à fait clair, même aux yeux des optimistes invétérés de la politique européenne, que ses objectifs ne pourraient être atteints ou même approchés. La solution conçue pour remédier à ce « délai » consiste évidemment à accélérer le « processus de Lisbonne » dans tous les pays membres de l’Union européenne et à déléguer aux États membres la responsabilité du « processus ».
Ainsi, en réalité, les trois déclarations de Paris en 1998, Bologne en 1999 et Lisbonne en 2000 ne font qu’une. Ce qui me conduit à m’intéresser à un traité rarement mentionné dans les déclarations européennes, le Gats. Comme dans les mauvais mariages, au sein de l’Union européenne (et ses documents), ce qui n’est pas discuté est souvent bien plus important que ce qui l’est.
Comme nous l’avons vu, toutes les déclarations et tous les plans envisagés contiennent une vision économique de l’éducation : ils traitent l’enseignement supérieur principalement comme un bien marchand et l’envisagent sous l’angle de sa fonction dans l’économie européenne. Cela apparaît plus nettement dans les déclarations de Paris et de Lisbonne que dans celle de Bologne, même si cette dernière insiste aussi sur la fonction de l’enseignement supérieur dans le marché du travail. Par conséquent, la transformation d’un très grand nombre de systèmes d’enseignement supérieur nationaux, caractérisés par une grande diversité, appelés à devenir un unique « marché éducatif européen » compétitif, constitue l’objectif principal de toutes ces déclarations. La manière dont cet objectif doit être atteint en pratique est beaucoup moins claire, et cela d’autant plus que les gouvernements nationaux sont rendus responsables de la mise en œuvre de ces objectifs. Tout semble indiquer que l’Union européenne se trouve, à cet égard, déjà confrontée à de sérieux problèmes9.
L’idée générale derrière les projets éducatifs de l’Union européenne est donc économique et s’apparente au travail de standardisation des économies nationales : il s’agit d’augmenter la compétitivité en réduisant les coûts10. Dans le cas de l’éducation, on cherche à standardiser à l’échelle européenne les « valeurs » produites dans chacun des systèmes nationaux de l’enseignement supérieur. L’introduction du système ects pour rendre les diplômes européens compatibles et comparables peut donc être comparée à l’introduction de l’euro, car la « valeur » de l’enseignement supérieur à travers l’Europe sera, à l’avenir, calculée, comparée et échangée avec les mêmes unités ects, au moins en théorie et si l’on met de côté des questions pratiques « mineures », comme le problème linguistique.
Mais contrairement à l’introduction de l’euro, l’introduction des ects ne s’est pas faite à date fixe. Elle se fait progressivement et à des vitesses différentes dans les différents États européens ; les Pays-Bas montrent la marche. L’intention générale et la direction de ce processus sont néanmoins claires : il s’agit de créer un marché unique européen de l’enseignement supérieur pour être plus compétitif dans la lutte mondiale pour l’obtention des fonds généreux des étudiants (surtout asiatiques).
Cela m’amène à considérer l’Omc et le Gats comme deux éléments majeurs du contexte général dans lequel s’insère le processus de Bologne. Les politiques de l’Omc depuis sa fondation en 1995, du gatt en général et du Gats en particulier constituent des éléments importants pour comprendre les évolutions européennes en matière d’enseignement supérieur, quoiqu’ils soient rarement mentionnés dans les déclarations européennes. La raison de leur absence dans les déclarations de politique européenne est que les régulations de l’Omc, du Gatt et du Gats ne sont pas soumises à un contrôle parlementaire et n’ont pas pour elles l’apparence de la démocratie11. Contrairement aux régulations de Bologne, celles du Gats ont le statut des traités internationaux, et relèvent donc du droit et des tribunaux internationaux. En pratique, cette caractéristique leur confère un poids important.
L’objectif de l’Omc est de se débarrasser de toutes les régulations et mesures qui entravent le libre-échange à travers le monde. Cette politique se fonde sur le présupposé qu’un libre-échange sans entrave nous conduira au meilleur des mondes. Le Gats applique le même principe libre-échangiste aux services. Pour ce qui nous intéresse ici, il importe de souligner que le Gats définit l’enseignement supérieur comme un service parmi d’autres, tout comme la fourniture d’énergie et d’eau, la santé, le logement, la sécurité sociale, domaines qui ont constitué le cœur du secteur public en Europe.
Le point de vue néolibéral du Gats aura des conséquences majeures pour les citoyens européens. Au lieu d’être un droit des citoyens nationaux, inscrit dans la loi, l’enseignement supérieur pourrait être redéfini et transformé en bien marchand, en service international qui peut être vendu et acheté à n’importe quel fournisseur international. Pour les citoyens américains, ce point de vue n’a peut-être rien de révolutionnaire, mais il l’est pour la plupart des Européens.
Pourtant, les implications du Gats pourraient surprendre les citoyens américains eux-mêmes. Le Gats prescrit en effet la loi du « traitement national », selon laquelle un bien importé ne peut pas être moins bien traité qu’un bien national. Cette loi interdit aux gouvernements nationaux qui souscrivent aux régulations du Gats sur l’éducation de traiter différemment les fournisseurs de services étrangers ou nationaux. Bien que cette règle contienne quelques exceptions, elle pourrait inciter les fournisseurs étrangers à poursuivre en justice les gouvernements nationaux, en mettant en avant le fait que les subventions constituent des entraves à la compétition d’un marché ouvert, et par conséquent contreviennent au principe du libre-échange international. C’est déjà le cas dans le domaine de l’agriculture. Une configuration similaire pourrait mettre fin à toute forme d’enseignement supérieur financé publiquement, ou au moins amener l’enseignement supérieur à se justifier et à prouver qu’il n’est pas un service de marché comme les autres. Le principe du libre-échange pourrait donc faire quelques victimes en s’acheminant vers le meilleur des mondes.
Une autre régulation du Gats, la règle de « l’accès au marché », interdit aux gouvernements nationaux de refuser l’accès à leur marché des services, et ce pour quelque raison que ce soit. Bien que cette règle puisse, elle aussi, contenir quelques exceptions, elle pourrait conduire à une situation dans laquelle une institution ouvertement raciste pourrait fournir des services d’éducation sans qu’on puisse l’interdire, car cela contreviendrait aux principes de compétition libre et de marché ouvert. Libre alors à Tom Cruise et John Travolta de créer la première « Université de scientologie ».
Ainsi, en redéfinissant l’enseignement supérieur comme un service comme les autres, comme un bien marchand, l’Omc et le Gats font disparaître progressivement toutes les formes de contrôle politique sur l’enseignement supérieur. Bien que les régulations du Gats envisagent quelques exceptions à la loi économique fondamentale, ces dernières devront cependant être justifiées au regard de leurs conséquences économiques. On ne s’étonnera pas qu’il n’y ait quasiment pas de discussion sur ce sujet en Europe et aux États-Unis. Il est évident que la vision économique de l’enseignement supérieur qui s’est déployée dans les déclarations de l’Union européenne est similaire à, et compatible avec les vues de l’Omc et du Gats.
En définitive, les conceptions du Gats et de l’Union européenne auront probablement des implications similaires. Les « directives Bolkestein » sur la libéralisation des échanges de services au sein de l’Union européenne vont sans aucun doute dans le sens du Gats. Les seules exceptions au libre-échange des services qui soient mentionnées dans les propositions de l’Union européenne sont les services financiers, les télécoms et les « services » liés à l’administration publique des États membres de l’Union européenne, car ils dépendent déjà d’autres réglementations européennes. Dans les propositions originelles et les propositions révisées, l’éducation n’est mentionnée qu’une seule fois12. Il est probable que les membres de l’Union européenne classent l’enseignement supérieur parmi les services et laissent l’enseignement élémentaire en dehors du domaine des services.
Le néolibéralisme et le nouveau management public.
La déclaration de Bologne s’inspire du libéralisme et des politiques publiques néolibérales, ou de ce qu’on nomme le « nouveau management public » (nmp), aussi appelé « nouvelle gestion ». Le nmp se caractérise par une combinaison paradoxale de rhétorique libre-échangiste et de pratiques de contrôle quasi totalitaires. Cette combinaison explique un certain nombre de caractéristiques des institutions et des pratiques du nouveau management public. Les universités sont actuellement en train d’être transformée en « institutions nmp ».
Le libéralisme, comme programme, implique l’introduction des mécanismes du marché dans tous les domaines de la société, y compris les anciens domaines des services publics. Ce qui est très compliqué, car tous ces domaines ne possèdent pas une structure similaire à celle du marché : et l’histoire laisse penser qu’il y a de bonnes raisons à cela. Le néolibéralisme, dans son principe, cherche à revenir au 19e siècle en appliquant son dogme du marché, pour redonner une base individuelle à des services rendus collectifs en Europe au cours des 19e et 20e siècles.
Dans ce contexte, il n’est guère étonnant que le programme néolibéral se soit heurté, en pratique, à des obstacles de taille. Le premier problème fondamental, c’est qu’il est très difficile d’imaginer que des anciens « services publics » puissent se doter d’une structure de marché sans se fermer entièrement à des pans entiers de la population. L’assurance santé aux États-Unis donne une bonne idée du problème : au moins un quart de la population n’est pas du tout couvert, tandis qu’un autre tiers n’est pas couvert de manière appropriée. On peut aussi mentionner la question des retraites dans le même pays, où une proportion croissante des travailleurs n’a pas de retraite et une majorité n’a pas de retraite suffisante13. De ce point de vue, l’avenir d’une large portion des travailleurs des « sociétés de marché » néolibérales constitue une véritable bombe à retardement. La dérégulation et la privatisation du secteur public se trouvent par conséquent traversées de contradictions puissantes qui sont généralement « arbitrées » aux dépens des « consommateurs » et des contribuables, pour le plus grand profit des nouveaux « actionnaires » et de la classe des gestionnaires.
Étant donnée l’absence constatée de mécanismes de marché dans le secteur des « services » publics, un autre principe a pris leur place pour déterminer le prix de ces services. Pour le nouveau management public, la place « vacante » dans le quasi-marché des « services publics » a été occupée par les notions conjointes d’efficacité et d’obligation de rendre des comptes. En raison de l’absence de pensée réelle de « l’effectivité » dans le discours nmp — parce que la notion d’effectivité présuppose l’affirmation d’objectifs qualitatifs — être efficace correspond simplement à un critère d’efficacité marchande. Et être soumis à l’obligation de rendre des comptes (et d’être « transparent ») implique uniquement que les institutions du nmp puissent contrôler et donner des preuves de cette rentabilité. Il n’est donc guère surprenant que le nouveau management public, dans ce qui constituait autrefois le secteur public, se soit manifesté en combinant, typiquement :
  • un déclin constant dans les niveaux et la qualité des services ;
  • un déclin constant dans les niveaux et la qualité de l’emploi, c’est-à-dire une déqualification et une chute des effectifs ;
  • des prix des « services » en augmentation croissante pour les consommateurs.
Appliqué à l’enseignement supérieur, le nouveau management public a eu pour effets typiques :
  • Une détérioration continue du ratio étudiant-enseignant, entraînant une pression croissante sur les enseignants. Puisque le nouveau management voit le personnel enseignant principalement en termes de coût du travail, il n’y a aucune raison pour que cette tendance disparaisse14 ;
  • Un nombre toujours plus faible d’enseignants, et la décomposition du corps enseignant, entre un noyau titulaire et une « périphérie » de vacataires ;
  • Des droits d’inscription en augmentation constante pour les étudiants15.
La diminution des coûts s’est transformée en objectif à part entière des quasi-marchés des « services publics », ce qui explique un autre aspect du nouveau management dans l’enseignement supérieur : le caractère permanent des politiques d’économie budgétaire et des réorganisations économiques. Puisqu’il n’y a pas d’objectifs autres qu’économiques pour justifier cette politique, chaque coupe budgétaire a pour seul objectif de préparer la suivante.
L’hégémonie totale de la rationalité instrumentale, ou de l’efficacité, depuis les années 1980, a récemment été qualifiée par Ritzer de « Macdonalisation de la société ». Rien de surprenant à voir les universités européennes se transformer en « MacUniversités » entrepreneuriales. Selon Park et Jary, ce nouveau type d’organisation de l’enseignement supérieur se caractérise par « un pouvoir de gestion accru, une réorganisation structurelle, plus de poids donné au marketing et à la création de profits en lien avec l’industrie et le commerce, l’introduction possible d’une fixation des salaires en fonction des performances, la rationalisation et l’informatisation des structures administratives ». Il se distingue aussi par « la comparabilité et la standardisation (des institutions, des gestionnaires, des universitaires, des étudiants)16 ». La généralisation des classements (des citations, des journaux, des individus, des laboratoires, des départements et des universités) fait ainsi partie intégrante de ces transformations17. Cependant, cette transformation structurelle de l’enseignement supérieur public au travers d’une « colonisation managériale » du secteur public n’est jamais discutée publiquement. Ce qui dérive en partie du fait que cette colonisation prend la forme de mécanismes quasi-professionnels, comme les audits, les accréditations, qui rappellent un peu le « jugement des pairs18 » ayant cours dans le monde universitaire.
Le nouveau management public est né aux Etats-Unis dans les années 1980 et a vite été emprunté par un certain nombre d’États anglo-saxons. Selon Berg, Barry et Chandler, « le développement du nmp dans le service public est venu dans le sillage du “gouvernement entrepreneurial” » aux États-Unis, conçu pour donner une nouvelle direction à la réforme du secteur public. Comme mouvement réformateur, le nmp a été introduit dans des pays aussi différents que la Nouvelle-Zélande, l’Australie, le Canada et la Suède. C’est dans ces pays que son impact a été ressenti de la manière la plus claire. En Angleterre, son arrivée a été perçue comme une tentative pour introduire une série de techniques gestionnaires et de stratégies de contrôle issues du secteur privé. Dans l’enseignement supérieur, le gouvernement britannique a introduit des palmarès spécifiquement destinés à classer la qualité et la quantité de l’enseignement et de la recherche, en s’appuyant sur des indicateurs pour saper l’autonomie professionnelle régissant le travail académique. Comme l’a souligné Throw, « le retrait de la confiance accordée aux universités par le gouvernement a contraint ce dernier à créer une machine bureaucratique et à imaginer des formules pour gérer les universités de l’extérieur19 ». Par conséquent, son refus de reconnaître sa tendance à la bureaucratisation, au contrôle et au discours néomanagérial relève du cynisme, bien que dans la novlang néomanagériale, l’épithète « cynique » soit réservée à tous ceux qui osent émettre une critique du discours néomanagérial20.
Les raisons pour lesquelles il ne faudrait pas faire confiance à l’autonomie professionnelle des universitaires et pour lesquelles il faudrait préférer le formalisme bureaucratique au professionnalisme n’ont jamais été soumises à la discussion : il s’agit simplement d’un présupposé intégré au discours néo-managérial et, comme tel, placé hors du domaine de la discussion et de la critique. Il en va de même pour la question du contrôle des contrôleurs. En effet, le problème du contrôle n’est évidemment pas résolu par le nouveau management public : il est seulement déplacé des professionnels aux gestionnaires21. Il n’y a absolument aucune preuve — factuelle ou logique — que ce déplacement constitue une amélioration de quelque manière que ce soit, alors que les preuves du contraire sont assez nombreuses. De la sorte, le nouveau management public transforme les universités en « fast-foods qui vendent uniquement les idées que les gestionnaires pensent profitables, qui traitent leurs employés comme s’ils étaient trop pervers ou trop stupides pour être dignes de confiance et qui privilégient la rationalité formelle du processus plutôt que la rationalité qualitative de l’objectif poursuivi22 ».
Au final, les réformes de l’université inspirées par le nouveau management public produisent une structure organisationnelle présentant des similitudes frappantes avec celle des anciens partis léninistes. Patrick Fitzsimons décrit la situation en ces termes : « Parce que la logique gestionnaire se voit comme un antidote au chaos, à l’irrationalité, au désordre, l’incomplétude, il n’y a pas de lieu, dans cet ordre social, où l’autonomie puisse être contestée de manière légitime. Les définitions managériales de la qualité, de l’efficacité, de l’accroissement de la productivité et de l’autocontrôle construisent une version particulière de l’autonomie. Ceux qui ne désirent pas cette construction managériale de l’autonomie sont simplement définis comme absurdes, puisque dans un monde gestionnaire, ces notions ne peuvent qu’apparaître comme “bonnes”, avec une évidence aveuglante23 ». Si, à l’occasion, il devient impossible de nier des « irrégularités » dans les pratiques managériales, un gestionnaire en particulier peut être critiqué (voire licencié), mais pas le management lui-même24.
Tous les citoyens de l’Union européenne seront à l’avenir concernés directement ou indirectement par cette privatisation silencieuse et par la « marchandisation » actuelle de l’enseignement supérieur dans l’Union européenne, quels que soient leurs effets sur les universitaires. Ce qui constituait autrefois un droit des citoyens garanti par la loi — l’enseignement supérieur — est transformé en bien marchand sans qu’aucun débat politique n’ait lieu au niveau national. Toute discussion politique sur le futur de l’enseignement supérieur et sur les universités est étouffée dans l’œuf par le credo néolibéral de la « globalisation » et de « l’économie de la connaissance ». Il est donc temps, pour ceux qui préfèrent la conception du savoir formulée par les Lumières et la vision humboldtienne de l’université à celle d’une « MacUniversité » néolibérale, d’en appeler à la résistance.
 
Notes
1 Voir G. Delanty, « Ideologies of Knowledge Society and the Cultural Contradictions of Higher Education » in Policy Futures in Education, vol. 1, no1, 2003, pp. 71-82 ; P. Scott, « Universities and the Knowledge Economy » in Minerva, no43, 2005, pp. 297-309.
2 J. Habermas, « Technology and Science as “Ideology” » in Steaven Seidman (dir.), Jürgen Habermas on Society and Politics: A Reader, Boston, Beacon, 1989, pp. 237-265.
3 Voir M. Parker, D. Jary, « The McUniversity: Organization, Management and Academic Subjectivity » in Organization, no2, 1995, pp. 319-338 ; G. Ritzer, « McUniversity in the Postmodern Consumer Society » in Quality in Higher Education, no3, 1996, pp. 185-199 ; D. Hayes et R. Wynwyard (dir.), The McDonaldization of Higher Education, Westport-London, 2002.
4 Cf. Jürgen Schriewer, « Bologna und kein Ende. Die iterative Konstitution eines Europäischen Hochschulraumes », R. Hohhls et al. (dir.), Europa und Europäer. Quellen und Essays zur modernen europäischen Geschichte, Stuttgart, 2005, pp. 461-469 ; H. de Ridder-Symoens, Nieuwe wijn in oude zakken, of toch niet ? De Bolognaverklaring in historisch perspectief, Amsterdam, 2002.
5 Sans surprise, seuls les objectifs de politique économique sont transformés en politique. Voir à ce sujet les critiques des syndicats de la Confédération syndicale européenne, « The European’s Union’s Lisbon Strategy ».
6 Selon l’éditorial du New York Times, « Imported brains », 3 décembre 2005, en 2004, les 565 039 étudiants étrangers rapportaient environ 13,3 milliards de dollars à l’économie américaine. Cependant, il était « à craindre » que le marché éducatif international ne soit abandonné à l’Europe, au Canada et à l’Australie en raison des barrières mises en place après le 11 septembre 2001.
7 Voir le Journal officiel de la Commission européenne, du 14 juin 2002, « Detailed Work Program on the Follow Up of the Objectives of Education and Training Systems in Europe (2002/C 142/ 01) ». Voir aussi le document de la Commission européenne intitulé « Education and Training 2010. Diverse Systems, Shared Goals ».
8 En 2005, date de la rédaction de l’article (note de la traductrice).
9 « Un nouveau départ pour la stratégie de Lisbonne », le document de l’Union européenne, concluait de manière euphémistique qu’à mi-parcours dans le processus de Lisbonne (en 2005), « les résultats ne sont pas très satisfaisants » et poursuivait, de manière surprenante : « La mise en œuvre de la réforme dans les pays membres n’a pas été très suivie. L’ensemble de la réforme pour les vingt-cinq pays membres comporte 28 objectifs principaux et 120 sous-objectifs, et contient 117 indicateurs. Le système des rapports pour les vingt-cinq pays membres atteint un total de plus de 300 rapports. Personne ne les lit. » La conclusion évidente, selon laquelle l’Union européenne ferait bien de produire moins de politiques et moins de rapports ne peut pourtant pas être formulée, car elle violerait le principe que présuppose tout discours sur les politiques : concevoir des politiques, c’est bien, en concevoir encore plus, c’est mieux. Voir également le rapport annuel du president de la Commission : « “Time to move up a gear” — Commission President Barroso presents Annual Progress Report on Growth and Jobs », et la page de présentation du la « Lisbon Strategy ».
10 Aux Pays-Bas, l’augmentation des unités de gestion a représenté le moyen le plus important de réduction des coûts dans l’éducation depuis les années 1980. Voir Chris Lorenz, « The Myth of the Dutch Middle Way » in Wissenschaftsrecht, vol. 33, 2000, pp. 189-209.
11 La Commission européenne est l’organe politique qui négocie sur le Gats. Le contrôle politique sur le Gats en dehors du parlement européen est encore plus opaque, parce que l’enseignement supérieur reste encore majoritairement du ressort des ministres de l’Éducation nationaux, qui n’ont pas de lien direct avec, ou même simplement d’accès à la Commission européenne. Sur ce problème, se reporter à J. Morijn, Addressing Human Rights Concerns within the World Trade Organization. A Perspective on Human Rights and Trade and Its Application to Article xx of Gatt, Lisbonne/Coimbra, 2002, et John Morijn, A Human Rights Perspective of Liberalisation of Education Services within the wto & ec (inédit).
13 Voir « The Next Retirement Time Bomb » in The New York Times, 11 décembre 2005 ; « Time for a Reality Check. Don’t Be Fooled: the Pensions Mess Cannot Be Fixed Overnight » in The Economist, 26/01/2006 ; « Desperate Measures. The World’s Biggest and Most Expensive Health-Care System Is Beginning to Fall Apart. Can George Bush Mend It ? » in The Economist, 26 janvier 2006. Pour une analyse inquiétante : T. Geoghehan, « Litigation Hell. Is the Rule Of Law in Trouble Too? » in The Berlin Journal, no8, 2004, pp. 47-51, et T. Geoghehan, The Law in Shambles, Chicago, 2005.
14 Au sujet de la détérioration du ratio étudiant-enseignant au Royaume-Uni, voir J. Barry et M. Dent, « New Public Management and the Professions in the UK. Reconfiguring Control? » in M. Dent, J. Chandler et J. Berry (dir), Questioning the New Public Management, Aldershot, 2004, p. 13. Pour les États-Unis, voir M. Parker et D. Jary, « The McUniversity: Organization, Management and Academic Subjectivity » in Organization, no2, 1995, p. 328 : « En termes matériels, le travail académique se voit sans aucun doute soumis à une pression plus grande. Il y a plus de compétition pour publier, plus d’enseignement, plus de travail administratif, le tout associé à une diminution des relations personnalisées avec les étudiants. Ces expériences banales sont à l’origine d’une démoralisation qui affecte de nombreux enseignants. […] Les conditions générales sont tout simplement moins bonnes objectivement : dans les années 1980, le nombre d’étudiants par enseignant a augmenté de 25%, le salaire a diminué de 37% et le budget des bibliothèques a diminué de 22%. » Pour les Pays-Bas, de Weert mentionne une diminution de 30% des postes universitaires depuis les années 1980. Egbert de Weert, « Pressures and Prospects Facing the Academic Profession in the Netherlands » in Higher Education, vol. 41, 2001, p. 95. Pour le cas hollandais, voir C. Lorenz, « The Myth of the Dutch Middle Way ». Pour l’Allemagne, voir U. Schimank, « New Public Management and the Academic Profession: Reflections on the German Situation » in Minerva, no43, 2005, pp. 361-376, p. 371 : « Avec l’écart croissant entre le nombre d’étudiants et le nombre d’enseignants, les charges d’enseignement sont devenues plus lourdes […] ». Voir aussi « Bronxford in Deutschland. Die Hochschulen zwischen Glanz und Elend » in Das Parlament, no3, 16 janvier 2006. Pour la France, voir Abélard, Universitas calamitatum : le livre noir des réformes universitaires, Bellecombe, Croquant, 2003. Sur les effets de la pression croissante à laquelle sont soumis les universitaires, voir E. Berg, J. Barry et J. Chandler, « The New Public Management and Higher Education: a Human Cost? » in M. Dent, J. Chandler et J. Barry (dir.), Questioning the New Public Management, pp. 161-175.
15 Dans les pays où l’enseignement supérieur était gratuit, comme en Allemagne, cela a conduit à l’introduction de droits d’inscription.
16 M. Parker et D. Jary, « The McUniversity », pp. 320-21.
17 L’Union européenne travaille actuellement à un classement des journaux européens et à l’élaboration d’un index européen des citations. Pour une brève histoire du classement des universités, voir R. L. Brooks, « Measuring University Quality » in The Review of Higher Education, vol. 29, no1, automne 2005.
18 Cf. A. Foster-Carter, « Deliver Us from the Quality Police » in Times Higher Education Supplement, 27 mars 1998 ; M. Loughlin, « Audititis… Whatever That Means » in Times Higher Education Supplement, 22 mars 2002.
19 M. Berg, J. Barry et J. Chandler, « The New Public Management and Higher Education », pp. 164-165. Voir aussi M. Parker et D. Jary, « The McUniversity », p. 328 : « La recherche “de qualité”, comme l’enseignement “de qualité” et l’administration “de qualité” exigeront des régimes de surveillance bureaucratisés pour s’assurer qu’elle est conduite, reconnue et récompensée. »
20 U. Schimank, « New Public Management and the Academic Profession », p. 362 : « L’accroissement du contrôle a entraîné une perte des formes traditionnelles d’autonomie. » et p. 365 : « […] la réduction de l’administration universitaire autonome fait partie des objectifs explicites du npm […] ».
21 M. Parker, D. Jary, « The McUniversity », p. 328.
22 M. Parker, D. Jary, « The McUniversity »., pp. 335-336.
23 P. Fitzsimons, « Managerialism and Education » in The Encyclopeadia of Education.
24 Voir Tony Cutler, « Making a “Success” Out of a Failure: Darker Reflections on Private and Public Management », in M. Dent, J. Chandler et J. Berry (dir.), Questioning the New Public Management, Aldershot, 2004, pp. 207-224. Cutler avance que dans les secteurs privés et publics, « l’échec » produit des incitations à changer l’équipe et les structures gestionnaires, mais pas à se défaire de la croyance en l’efficacité de la gestion en général. Ce qui équivaut à dire : « le management est mort, vive le management », p. 207.
 
Chris Lorenz, "« L’économie de la connaissance », le nouveau management public et les politiques de l’enseignement supérieur dans l’Union européenne.", EspacesTemps.net, Textuel, 12.07.2010
http://espacestemps.net/document8324.html
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