La firma de acuerdos bilaterales y regionales se ha convertido durante las últimas décadas en noticia cotidiana. Desde el primero de enero comenzó a funcionar el Tratado de Libre Comercio entre la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) y la República Popular China
La firma de acuerdos bilaterales y regionales se ha convertido durante las últimas décadas en noticia cotidiana. Tan solo para este año la Organización Mundial del Comercio espera que entren en vigor cerca de 400 de ellos. Pero no hace falta conocerlos todos para destacar uno que sin dudas marcará los siguientes pasos de la economía mundial.
Desde el primero de enero comenzó a funcionar el Tratado de Libre Comercio entre la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) y la República Popular China; que cuenta con el tercer lugar en términos de volumen mercantil, justo detrás del Área de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA) y la Unión Europea (UE). De antemano, la ASEAN los supera en cuanto al número de consumidores, que se acercan a los dos mil millones.
Este nuevo acuerdo comercial aparece en un momento clave, pues para nadie es noticia que las economías asiáticas se encuentran liderando al resto en la búsqueda de una salida de la crisis financiera mundial. De hecho, han apostado por fortalecer su comercio interno ahora que las exportaciones hacia Estados Unidos, primer destino de muchos de sus productos, sufrieron un drástico recorte. Por otra parte, como la reducción de aranceles entre China y los integrantes de la ASEAN ha tomado más de ocho años en implementarse, el presente escenario no afectará a terceros países.
En realidad, la actual es apenas una etapa más de esta paulatina integración comercial. Las seis naciones fundadoras de la ASEAN reducirán sus aranceles comerciales con China en 90 por ciento. Ellas son Indonesia, Brunei, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia. Los cuatro miembros más jóvenes, Laos, Vietnam, Camboya y Myanmar, se incorporarán al Tratado en el 2015.
Pero no impulsará únicamente el comercio dentro de la región, también permitirá su expansión a otras latitudes. Las materias primas de países como Malasia o Tailandia, ahora sin las restricciones arancelarias, pueden acelerar las exportaciones del Gigante Asiático hacia el resto del mundo.
El Tratado de Libre Comercio otorga mayor protagonismo a la moneda china, el yuan, durante las transacciones, y por tanto convierte a los miembros de la ASEAN en menos dependientes del dólar y simplifica considerablemente muchas de sus operaciones comerciales.
La Iniciativa Chiang Mai es un ejemplo temprano de lo que serán las economías asiáticas. De acuerdo con ella, el grupo ASEAN+3, o sea, los miembros de la asociación más China, Japón y la República de Corea (del Sur), han decidido crear un fondo de 120 mil millones de dólares para enfrentar sus problemas de liquidez en medio de la crisis, sin recurrir al Fondo Monetario Internacional.
Pero los intereses de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático no se resumen a los asuntos económicos. Entre sus principales objetivos aparecen fomentar la paz y la estabilidad regionales.
Este es un desafío mucho mayor, porque estamos hablando de un continente donde coexisten ideologías políticas, religiones, culturas, no solo dispares, en muchas ocasiones hasta excluyentes; algunas construidas sobre un pasado de pocos entendimientos. Pero no por difícil este reto es imposible. ASEAN+6, que integra a los tres países de ASEAN+3 con la India, Australia y Nueva Zelanda es una prueba fehaciente.
El primer ministro de la India, Manmhoan Singh, ha dejado claro, por ejemplo, que ninguna de sus diferencias con las naciones que integran el grupo entorpecerá el fin último de cooperación económica. El primer ministro chino, Wen Jibao, ha explicado por su parte que los países de la región deben “con un espíritu abierto, de tolerancia y paso a paso, trabajar por un consenso y moverse hacia el objetivo a largo plazo de establecer una comunidad del este de Asia y mantener el respeto por la diversidad”.
Quién sabe si la propuesta defendida por Japón de extender la ASEAN a toda la zona oriental del continente se convierta en realidad de aquí a unas décadas. De cualquier forma, no hace falta estudiar los astros para descubrir grandes conquistas en el futuro de la Asociación. Con la ASEAN, estos países pueden convertirse en las grandes economías del mañana.
http://www.trabajadores.cu/materiales_especiales/columnistas/justo-planas-cabreja/las-economias-del-manana
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