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06/10/2009

Los sindicatos rechazan el nuevo plan de Opel, que mantiene 1.350 despidos

A la basura. Eso es lo que hicieron algunos de los trabajadores, a la salida del turno de mediodía, con la nueva propuesta presentada por los nuevos dueños de Opel, el consorcio austriaco-canadiense Magna, acerca del futuro de la factoría de Figueruelas (Zaragoza). Los trabajadores y los sindicatos la juzgan insuficiente. Magna planteó ayer reducir en 350 los despidos en Figueruelas, de los 1.700 anunciados inicialmente a 1.350. Hoy trabajan en torno a 7.400 operarios. El comité dice que ni hablar. Y no tanto por los despidos, sino porque no les gusta el plan industrial.

Dicho plan supondría que Figueruelas, una de las mejores plantas europeas de Opel y una de las cinco grandes de España, seguirá fabricando íntegramente el Corsa de cinco puertas, mientras que la fábrica alemana de Eisenach asumirá el modelo de tres puertas. Además, Magna pretende reducir toda la producción de la fábrica aragonesa de dos líneas a una sola a partir de 2011. El Combo seguirá fabricándose hasta ese año, su fecha de caducidad, y también el nuevo Meriva, cuya producción se iniciará en abril de 2010.

Para los sindicatos, se trata de un avance "tímido" e incierto. "Exigimos que se mantenga la capacidad técnica y productiva que actualmente tiene Figueruelas", coincidieron ayer el secretario federal de la automoción de UGT, Rogelio Mena, y el presidente del comité de empresa de la planta zaragozana de Opel, José Juan Arceiz. "Si la perdemos, el futuro se escribirá en fracaso".

Nada más terminar la reu-nión que mantuvieron ambas partes, el comité solicitó a Magna por escrito que mantenga las dos líneas de producción, la estructura de prensas -una de las joyas de la corona de las instalaciones de Opel en España, allí se se fabrican los componentes- y el 15% de la producción del Corsa de tres puertas. En volumen no es mucho, en torno al 5% de toda la producción de Figueruelas, que prevé cerrar el año con 320.000 automóviles ensamblados, el 65% de la capacidad. Pero la intención de trasladar el trabajo de prensas a Kaiserslautern (Alemania) supondría perder el suministro de piezas para 180.000 vehículos: en Figueruelas se fabrican el 100% de los componentes para los modelos Corsa de toda Europa.

Las caras de los operarios eran en general de preocupación y desánimo, pero dispuestos a luchar. "Si Magna ha modificado la propuesta una vez, puede modificarla otra vez", argumentaban. "No nos dicen nada. Sólo sabemos que se llevan el tres puertas". "Este plan es parecido al anterior, es más de lo mismo y no estamos por que nos recorten la producción y la lleven a otro país europeo, estamos en Europa", protestaban los operarios.

"Sin el mantenimiento de la capacidad productiva actual, no nos sentaremos con la empresa a negociar un plan de ahorro", advirtió ayer Arceiz. Es una de las condiciones que ha impuesto Magna para quedarse con Opel. La firma canadiense firmará previsiblemente a principios de la próxima semana el acuerdo para quedarse con el 55% de Opel, según informa Reuters.

Otra de las plantas automovilísticas en España, la de Renault en Valladolid, refleja brotes verdes, cuando hasta hace unos días estaba tocada de muerte por el pinchazo del Modus. Tras la firma el pasado 25 de septiembre del convenio colectivo para el periodo 2010-2013 -contempla, entre otros aspectos, la congelación salarial y una nueva categoría de entrada, a cambio de mantener el empleo-, la dirección de Renault anunciará hoy el plan industrial para la planta de la capital castellana.

En un acto al que asistirá el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y el de Renault en España, Jean-Pierre Laurent, está previsto que la multinacional francesa anuncie dos nuevos modelos para las instalaciones vallisoletanas: un coche convencional y otro eléctrico, que algunas fuentes vinculan al Twizy (una suerte de coche de dos plazas), además de un nuevo motor. Renault emplea hoy a 9.400 trabajadores en España, entre Valladolid, Palencia y Sevilla.

El País - 06.10.09

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