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04/07/2009

Bosnia Herzegovina: Huelgas contra el FMI

Catherine Samary

Tras haber concedido un préstamo de 3 millardos de euros a Serbia el pasado mes de marzo, el FMI ha garantizado el 14 de mayo un crédito al 3% particularmente a Bosnia Herzegovina (BH), pero no a Albania: ésta, en vísperas de elecciones, ha decidido rechazar las medidas de ajuste estructural que condicionaban el crédito: el premier ministro albanés Sali Berisha (cuyo partido de centro derecha esperaba ganar las elecciones del 28 de junio) ha estimado que “el FMI crea más problemas de los que resuelve en períodos difíciles”. Hay que decir que todos los sondeos situaban a la cabeza de las preocupaciones populares en Albania (como en otras partes) el paro y la pobreza.

El gobierno de Bosnia Herzegovina (BH) ha tomado la más arriesgada decisión de aceptar las exigencias del FMI. Se arriesgaba por su parte a un cese en los pagos de sus administraciones públicas, ante la caída de los ingresos fiscales asociada a la recesión. Va pues a recibir un préstamo de 1,2 millardos de euros en los tres próximos años (2/3 de ellos irán a la entidad croato-bosnia, llamada “la Federación”; y 1/3 a la Republika Srpska, entidad serbia). Pero el país está en una situación explosiva, desde todos los puntos de vista.

La Federación croato-bosnia, que es la que está sometida a la mayor presión de parte del FMI, se ve igualmente confrontada a una fuerte protesta social y política de la gestión de su gobierno. Sin embargo, éste ha prometido al FMI, para recibir sus subsidios, reducir sus gastos presupuestarios en 207 millones de euros (contra 73 para la RS y 20 para el presupuesto del estado central). Se tratará de la reducción de los salarios de los funcionarios, de las jubilaciones y de las prestaciones sociales que van en particular a las víctimas de la guerra y a los antiguos combatientes. En un país que llora aún a los 100.000 muertos de los años 1990, y en el que el paro “antes de la crisis” (si nos atrevemos a decirlo así) era superior al 40% y en el que vale más ser chófer de una institución internacional que enseñante, las medidas de austeridad anunciadas suenan a verdaderas provocaciones.

En cuanto a la entidad serbia (la RS), su primer ministro Milorad Dodik está denunciado por desviación de 74 millones de euros; lo que no soluciona nada en el grave yp persistente conflicto referido al reparto de las responsabilidades entre poderes electos de las entidades y del gobierno central, añadido a la confrontación mayor con el Alto Representante Internacional. Unos y otros se reclaman de la constitución de Dayton de 1995 –puesto que ésta (que ponía fin a una guerra sin vencedores…) era eminentemente contradictoria: era reconocida una Bosnia “soberana”, pero también “entidades” autónomas definidas sobre bases étnicas y con derecho a relaciones específicas con los países vecinos… Y para mantener unido este “todo”, tropas internacionales sobre el terreno y un Alto Representante nombrado por la ONU (OHR). Esta función debía ser suprimida en 2007, pero al permanecer los riesgos de estallido del país, un nuevo OHR ha sido designado el pasado mes de marzo, el diplomático austriaco Valentín Insko que representa también a la UE. Este cuasi procónsul tiene plenos poderes para dimitir electos (lo que ha hecho en varias ocasiones en RS) si los juzga inoportunos y modificar las leyes.

Frente a la crisis pero también en la perspectiva de negociaciones con la UE que consolidarían un estado central unificado, todos los esfuerzos (imaginable por un procónsul) han sido desplegados, no para dar una cohesión social al país, sino para reducir los poderes de las entidades en beneficio del gobierno central (particularmente en el plano de la policía). Pero la Asamblea de la RS se ha resistido abiertamente a la pérdida de sus prerrogativas –habiendo hecho subir aún más la tensión y las amenazas de referéndum de autodeterminación a raiz de la independencia de Kosovo. Y ha adoptado el 13 de mayo una resolución que exigía de la OHR que dejara de despedir funcionarios locales y de transferir responsabilidades a los poderes centrales.

El gobierno de Bosnia acaba de decretar el estado de urgencia. La confederación de sindicatos independientes de Bosnia Herzegovina (BH) ha replicado llamando a las diversas confederaciones internacionales y europeas a una solidaridad frente a la apertura de un período de huelgas que apuntan cada vez más claramente a la caída del actual gobierno –con huelga general de advertencia el 26 de junio que parece haber sido bien seguida y anuncio de su prosecución la semana próxima.
Rebelion - 04.07.09

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