Los ocho principales sindicatos franceses han decidido mantener la unidad histórica mostrada durante el pasado 1 de mayo lanzando un llamamiento a la convocatoria de nuevas movilizaciones para los próximos martes 26 de mayo y sábado 13 de junio, según informan las centrales en un comunicado.
Así, consideran una "jornada histórica" la vivida durante el reciente Día del Trabajo, tanto por la unidad mostrada como por la amplitud de la movilización, la tercera en cuatro meses, que se materializó en más de 280 manifestaciones en toda Francia.
De ahí que, a su juicio, Gobierno y patronal cometerían un error si menospreciaran este movimiento cuando la crisis, el paro y los despidos golpean de lleno a los trabajadores.
"Por eso, las organizaciones sindicales piden solemnemente al Gobierno y a la patronal tener en cuenta la amplitud de estas manifestaciones que expresan inquietud, angustia y un profundo sentimiento de injusticia", señalan.
Según explicó la secretaria confederal de CGT, Maryse Dumas, el 26 de mayo podría ser una jornada de manifestación, de paro o de asamblea general, pero lo "esencial", dijo, es que en toda Francia se vean "movilizaciones importantes de trabajadores".
Mientras, el 13 de junio, sábado, se organizará un día nacional de manifestación en todo el país para que trabajadores, jubilados y parados puedan expresarse. "Hemos hecho ya tres movilizaciones nacionales, cada vez vemos más gente nueva venir y queremos que el 26 de mayo y el 13 de junio participen en esta ampliación de movilizaciones", agregó.
El pasado 1 de mayo, los sindicatos sacaron a las calles entre 456.000 y 1,2 millones de personas, más que durante las anteriores Fiestas del Trabajo, una participación que no obstante estuvo por debajo de las movilizaciones del pasado 19 de marzo, donde los manifestantes fueron entre 1,2 y 3 millones, y del 29 de enero, entre 1 y 2,5 millones.
Pese a todo, la política del Gobierno no cambiará, según reafirmó hoy el consejero social del Elíseo, Raymond Soubie. El ministro de Trabajo, Brice Hortefeux, reiteró por su parte que evaluará este verano con los agentes sociales las medidas adoptadas el pasado 18 de febrero para paliar la incidencia de la crisis en los sectores más vulnerables.
Rebelion - 08.05.09
Así, consideran una "jornada histórica" la vivida durante el reciente Día del Trabajo, tanto por la unidad mostrada como por la amplitud de la movilización, la tercera en cuatro meses, que se materializó en más de 280 manifestaciones en toda Francia.
De ahí que, a su juicio, Gobierno y patronal cometerían un error si menospreciaran este movimiento cuando la crisis, el paro y los despidos golpean de lleno a los trabajadores.
"Por eso, las organizaciones sindicales piden solemnemente al Gobierno y a la patronal tener en cuenta la amplitud de estas manifestaciones que expresan inquietud, angustia y un profundo sentimiento de injusticia", señalan.
Según explicó la secretaria confederal de CGT, Maryse Dumas, el 26 de mayo podría ser una jornada de manifestación, de paro o de asamblea general, pero lo "esencial", dijo, es que en toda Francia se vean "movilizaciones importantes de trabajadores".
Mientras, el 13 de junio, sábado, se organizará un día nacional de manifestación en todo el país para que trabajadores, jubilados y parados puedan expresarse. "Hemos hecho ya tres movilizaciones nacionales, cada vez vemos más gente nueva venir y queremos que el 26 de mayo y el 13 de junio participen en esta ampliación de movilizaciones", agregó.
El pasado 1 de mayo, los sindicatos sacaron a las calles entre 456.000 y 1,2 millones de personas, más que durante las anteriores Fiestas del Trabajo, una participación que no obstante estuvo por debajo de las movilizaciones del pasado 19 de marzo, donde los manifestantes fueron entre 1,2 y 3 millones, y del 29 de enero, entre 1 y 2,5 millones.
Pese a todo, la política del Gobierno no cambiará, según reafirmó hoy el consejero social del Elíseo, Raymond Soubie. El ministro de Trabajo, Brice Hortefeux, reiteró por su parte que evaluará este verano con los agentes sociales las medidas adoptadas el pasado 18 de febrero para paliar la incidencia de la crisis en los sectores más vulnerables.
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