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14/07/2011

Entrevista a Aris Hatzistephanou, codirector de "Debtocracy", documental en el que se analizan las causas y las soluciones de la deuda griega: “Vivimos bajo una ocupación económica”

Bego Astigarraga

Dos jóvenes dispuestos a filmar un video de 15 minutos sobre la auditoría creada por el presidente ecuatoriano Rafael Correa para saber qué parte de la deuda de su país era ilegítima fue el punto de partida para producir “Debtocracy” (deudocracia), un documental griego que da la vuelta al mundo por Internet.
“En la primera semana de lanzamiento en copileft (libre distribución) en Internet logramos 500.000 visitas, todo un fenómeno en Grecia, dijo Aris Hatzistephanou, periodista, y uno de los responsables de este filme de 75 minutos editado por BitsnBytes, quien explicó las causas y las soluciones de la deuda griega desde una perspectiva crítica.
Hatzistephanou narró  que “este es un documental financiado por la gente”. “Comenzamos haciendo una grabación breve, pero se fueron sumando al proyecto más personas dispuestas a ayudarnos y los aportes recibidos permitieron financiarlo, algo indispensable para sentirnos libres de la influencia de empresas, bancos o partidos políticos”, puntualizó.
IPS. ¿Cuál es el objetivo de Debtocracy?
Aris Hatzistepahanou: Tratamos de explicar cómo la crisis económico-financiera de Grecia se gestó y generó dentro del propio sistema de deuda y queremos dejar patente la forma irregular en que nuestros dirigentes políticos gestionaron la situación, de espaldas al pueblo pese a saber del mal que estaban haciendo.
Ellos pretenden presentarnos como una nación de gente poco trabajadora, que gasta mucho. Por eso, intentamos explicar que no somos vagos. Reconocemos que hay problemas estructurales en la economía, pero esto tiene que ver principalmente con que el gobierno se niega a imponer intereses tasas sobre los “grandes capitales”, es decir los propietarios de las navieras, bancos, sobre la Iglesia, etcétera.
P. Por qué eligieron ese nombre para el documental?
AH: “Debtocracy” fusiona dos nombres. Por un lado, deuda y por otro democracia. Creemos que “Debtocracy” es lo contrario que democracy, porque mucha gente en Grecia piensa que ahora estamos, de alguna manera, viviendo bajo una ocupación económica.
¿Está en la política económica europea el germen de esa crisis?
AH: Los problemas estructurales del sistema capitalista no comenzaron en 2007 o 2008 como quieren hacer creer a la opinión pública, sino en los años 70.
Después de los problemas estructurales de la economía mundial llegaron los que se generaron en la Unión Europea (UE). Este sistema unitario creó déficit y deudas muy serias en la periferia del bloque.
En su naturaleza, la UE ha creado la situación de deuda que ahora afrontamos.
¿Qué sugieren como solución a esta crisis de deuda?
AH: Como primera herramienta, la creación de una auditoría como la que hicieron en Ecuador para verificar qué partes de la deuda eran ilegales.
Al mismo tiempo, algunos de nosotros también consideramos necesario salirnos de la zona euro, por los problemas que crea. Hemos visto a algunos países que no son miembros de la UE que se las han arreglado por la habilidad que han tenido para devaluar su moneda, algo que los miembros de la eurozona no podemos hacer.
Este es el caso de Islandia que nacionalizó los bancos, dejó que colapsen, no se les inyectó dinero y devaluaron su moneda. Creo que en Grecia deberíamos de hacer lo mismo.
P. Usted habló de deuda ilegítima, ¿cómo explica ese concepto?
AH: Para que la deuda contraída por un Estado se pueda considerar ilegítima, los préstamos deben haber sido tomados sin el conocimiento del pueblo, sin que ese dinero prestado se invierta en proyectos o actividades que no beneficien a la gente y que los bancos que lo prestaron conozcan ambas cosas. Para evaluar todo esto sería necesaria la auditoría que he comentado.
P. El documental muestra varios ejemplos de deudas ilegítimas
AH: Sí, por ejemplo se habla por encima de cómo fue el propio Estados Unidos el que hizo valer este concepto tras declarar su independencia y también cuando Cuba pasó a ser territorio estadounidense tras la descolonización española. Entonces se declaró ilegítima la deuda contraída por la isla caribeña.
Otro caso más reciente fue la deuda que Iraq tenía con Francia o Rusia, principalmente, y que el gobierno títere, tras la ocupación estadounidense en 2003, no reconoció.
¿Cómo puede demostrarse que la deuda de un país es ilegítima?
AH: Mediante una simple auditoría que desglose acuerdos, contratos, créditos y demás. Así sería posible demostrar en qué contratos se produjeron fraudes. La deuda podría ser declarada ilegítima y los griegos no estaríamos moralmente obligados a pagarla.
Para el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa no fue fácil realizar la auditoría, porque los órganos de la administración estaban controlados por personas con fuertes intereses, pero lo consiguieron.
Cuando Correa anunció que no pagaría, los bonos de su país cayeron en picada y los accionistas que habían comprado la deuda la pusieron a la venta a precios muy baratos, entonces Ecuador aprovechó y compró la deuda a cubierto de los medios de comunicación. Así se logró afrontar buena parte de esos compromisos.
¿Es eso lo que se está intentando hacer también en Grecia?
AH: Muchos griegos queremos demostrar que se trata de una deuda contraída por gobernantes corruptos a quienes los ciudadanos de a pie, los trabajadores, tenemos que pagársela.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo pretenden que los griegos paguemos una deuda insostenible y tomada a través de fórmulas corruptas con unos rescates que la incrementan más. Y detrás de todo el asunto están esos dos organismos multilaterales haciendo de protectores de los intereses de los acreedores.
¿Cómo repercuten estos rescates en la situación social?
AH: Los rescates están generando recortes sociales sin precedentes. Incrementan las horas de trabajo con contratos mucho más precarios. Las pensiones se rebajan, la edad de jubilación se retrasa, se privatizan los servicios públicos y se ponen en manos de los mismos acreedores.
Los grandes medios de comunicación se ocupan de que parezca que solo existe la posibilidad de seguir pagando a toda costa, porque sirven a los mismos poderes económicos a los que los Estados deben la mayor parte de la deuda.
¿Considera a la corrupción un factor de fondo en las causas de la crisis financiera?
AH: Por supuesto. La corrupción es un gran problema para Grecia, aunque debemos darle su peso en la balanza y ver que no está en primer lugar. Incluso si cambiáramos a todos los dirigentes políticos griegos, vendrían otros creando la misma enfermedad, porque el germen está en el sistema.
No negamos que los políticos griegos sean corruptos y que juegan un gran papel en esta crisis, pero hay que mirar las dos caras que tiene la corrupción. Por un lado son los dirigentes quienes se quedan con grandes primas, pero en el otro lado están las grandes empresas extranjeras que les inducen a esa práctica ilegal.
¿Qué dificultades afrontan las familias frente a los recortes del rescate?
AH: Uno de los ejemplos que aparecen en el documental es el de un médico que pertenece a Doctors of the World. Esta organización no gubernamental que fue creada para trabajar en África subsahariana ahora tuvo que dejar sus puestos allí y regresar a Grecia porque aquí hay gente que pasa por las mismas o peores necesidades.
En Greca hay familias que pasan hambre y eso es un reflejo de los efectos de las medidas de recorte del gobierno. Mucha gente estaría de acuerdo en sufrir recortes si viera que tienen sentido, que las medidas funcionan, pero no es el caso, porque la crisis crece cada año.
Los griegos pensamos que no estamos sufriendo recortes para que el país ahorre, sino para pagar a los prestamistas extranjeros. Y por eso ahora dicen ¡basta, no pagaremos por una deuda que destruye a nuestra sociedad!

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=132226

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