Reportaje sobre los francotiradores de las Fuerzas Armadas israelíes. Fue ésta la primera vez que se les permitió que concedieran entrevistas para un documental.
One Shot se centra en francotiradores que todavía sirven en la reserva del ejército israelí. Hablan sobre las muertes que ocasionaron, sus sentimientos al recordarlas y su propia moral. No las lamentan, todavía asumen la máxima de un disparo, un muerto.
Después de cinco semanas de entrenamiento, un soldado israelí se puede convertir, si lo desea, en francotirador. Foman parte de todas las unidades de combate y, desde la última intifada, han sido utilizados para matar selectivamente a miembros de la resistencia palestina.
El francotirador es el único soldado que ve “el blanco de los ojos de su víctima”. Según su forma de pensar, eso es lo que los separa del resto de los militares. La imagen la forman el fusil, la bala y el hombre que está detrás de ellos, esperando en la oscuridad, con paciencia y en calma, para cumplir la orden y efectuar un único disparo. Esto lo hace aparecer ante sí mismo como un heroico luchador y, para otros, como un asesino a sangre fría.
Las escenas de guerra de este documental fueron filmadas por los soldados que participaban en ellas.
À procura de textos e pretextos, e dos seus contextos.
11/09/2009
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