Decía el filósofo estadounidense Elbert Hubbard que "nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas". Nada cansa tanto como el dolce far niente (refinada holgazanería), ironizan otros. Pero este verano no admite mucha broma: un estudio de la Comisión Europea ha situado a España entre los países con mayor porcentaje de turistas "vulnerables", que son aquellos que en 2008 hicieron algún viaje estival y este año se verán obligados a quedarse en casa por culpa de la crisis.
Uno de los colectivos que más está acusando el deterioro económico es el de los autónomos, cuya afiliación ha caído un 5,2% en el último año, hasta 3,23 millones de cotizantes. En junio, el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) perdió 5.814 activos, pero la Encuesta de Población Activa correspondiente al segundo trimestre reveló el viernes que uno de cada tres nuevos parados era un trabajador por cuenta propia (44.600 de los casi 126.800 desempleados adicionales que se contabilizaron de abril a junio). En ese contexto, miles de autónomos tendrán vacaciones en contra de su voluntad.
Otros tendrán derecho a un mínimo de 18 días laborables de descanso: son los autónomos económicamente dependientes (TRADE), cuyos ingresos dependen al menos en un 75% de un solo cliente y regulan ese vínculo mediante un contrato que debe garantizar ese periodo vacacional, aunque no es obligatorio que sea en verano, ni remunerado.
La inmensa mayoría de los autónomos, en cambio, tendrá posibilidades de decidir si coge o no vacaciones, y se prevé que buena parte de ellos opten por seguir trabajando. Hace dos meses, la Asociación Nacional de Empresarios y Profesionales Autónomos (Asnepa) amenazó al Gobierno con una baja masiva de los cotizantes al RETA como medida de presión. Según sus cálculos, si los 3,2 millones abandonasen la Seguridad Social durante un mes y volvieran a darse de alta al mes siguiente (lo que no implicaría ningún tipo de sanción), el Estado dejaría de percibir más de 750 millones de euros.
La iniciativa no prosperó y, de momento, cada trabajador decide por su cuenta si le compensa (o puede) tomarse un respiro este verano. En esta ocasión, serán bastantes menos los que decidan irse de vacaciones; sobre todo, en determinados sectores.
Muchos taxistas, por ejemplo, recortarán sus vacaciones para recuperar los ingresos perdidos en los últimos meses, afirman en el sector. Y lo mismo sucederá en muchos negocios familiares: el secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC), Miguel Ángel Fraile, dijo a Efe que una cuarta parte de los establecimientos suele concentrar su descanso en agosto, pero este verano "habrá menos vacaciones en hostelería y comercios. Hay que resistir", señaló.
Público.es - 25.07.09
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