General Motors planteó hace unas semanas la segregación de Opel, pero advirtió que la operación requeriría 3.300 millones de euros en ayudas públicas para garantizar la viabilidad de las plantas europeas, que se distribuyen entre Alemania (cuatro), Reino Unido (dos), Bélgica, Polonia y España (una en cada país). El Gobierno alemán, con la canciller Angela Merkel a la cabeza, rechaza hasta ahora dar dinero porque teme que se desvíe a la matriz de la multinacional, con sede en Detroit.
"Daremos ayudas si los beneficios son mayores que los daños para todo el mundo. Desafortunadamente, aún no hemos llegado a un acuerdo sobre esto", aseveró el viernes Merkel. Hasta ahora, el Ejecutivo alemán se niega a inyectar capital y sólo está dispuesto a avalar la deuda de Opel, o como mucho, a otorgar créditos bonificados.
La Comisión Europea reclama a los cinco Gobiernos implicados que coordinen su respuesta a la petición de ayuda pública. En España, el Ejecutivo autonómico de Aragón ya ha puesto 200 millones en avales para la planta de Figueruelas, que emplea a 7.500 personas.
El País - 08.03.09
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