Convocada por la Confederación Checo-Morava de Uniones Sindicales (Čmkos), la protesta está dirigida, principalmente, a rechazar la decisión de reducir en 10 por ciento los salarios de los empleados públicos.
El mayor número de sindicalistas en huelga son trabajadores del sector educacional y de salud.
De acuerdo con fuentes gremiales, citadas por Radio Praga, los centros médicos redujeron sus servicios, mientras las oficinas públicas y las bibliotecas permanecerán cerradas durante todo el día.
Por otra parte, sindicatos de policías y bomberos anunciaron otra jornada de manifestaciones para el próximo 15 de diciembre, pese a que la ley les prohíbe declararse en huelga.
El Senado checo aprobó en noviembre último el primer programa de reajustes propuesto por el gobierno del primer ministro Petr Nečas, con el fin de reducir la deuda pública, ascendente al 36 por ciento del Producto Interno Bruto.
Las medidas incluyen recortes en las prestaciones sociales, reducción salarial de los empleados públicos y disminución de ingresos para las formaciones políticas por motivos de deuda.
El anunciado plan recibió con anterioridad el visto bueno de la Cámara de Diputados y ahora corresponderá al presidente del país, Václav Klaus, sancionar la decisión senatorial.
Tras conocer la postura del Gobierno respecto a la disminución salarial en el sector público, el líder de la (Čmkos), Jaroslav Zavadil, llamó a la huelga en el sector estatal, en el cual laboran más de medio millón de personas.
Por su parte, el primer Ministro afirmó que no habrá marcha atrás con los planes restrictivos.
El Ejecutivo no cambiará de opinión, pero es posible mantener un diálogo sobre la forma en que se va a llevar a cabo la reducción salarial, en caso de que los sindicalistas muestren algún interés, subrayó Nečas.
Las principales confederaciones obreras del país amenazaron con la convocatoria a una huelga general a menos que el Gobierno suavice los recortes y los despidos anunciados.
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