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14/11/2010

Reino Unido: castiguen a los ricos, no a los desempleados (sobre el “Welfare to Work”)

Viv Smith

El plan de empleo de los Conservadores ataca a los desempleados. El programa de mano de obra barata nos agrede a todos.
Los Conservadores han lanzado un ataque brutal a las personas en paro para desviar las críticas a los verdaderos parásitos: los ricos.
El Libro Blanco de esta semana obligará a los desempleados que solicitan subsidios de paro a realizar trabajos no remunerados: si se niegan a hacerlo, perderán el subsidio.
Los jefes y la prensa de la derecha están encantados. El Daily Mail anunció con alegría: “En una nueva ofensiva contra los parásitos sociales, los desempleados irresponsables tendrán que participar en un programa de trabajo exigente, estilo EE.UU., que incluirá la obligación de realizar labores de jardinería, limpieza de basura y otras tareas manuales por sólo 1 libra la hora”.
El programa permitirá eliminar puestos de trabajo y cancelar costes al utilizar mano de obra prácticamente gratuita. A cambio, los desempleados mayores de 25 años recibirán un mermado subsidio de 65 libras con 45 centavos, y apenas 51 libras con ochenta y cinco centavos en el caso de menores de 25.
Se parte de una gran mentira: que hay montones de puestos de trabajo disponibles y que si no se trabaja es porque uno no se esfuerza en encontrarlos.
Recortes
En toda Gran Bretaña hay 459 mil puestos de trabajo y por término medio por cada uno compiten cinco personas, de los 2,5 millones de desempleados, sin incluir los 1,2 millones de trabajadores a tiempo parcial que desean trabajar a tiempo completo. Y sin incluir tampoco a los cientos de miles más que perderán sus trabajos gracias a los recortes de los Conservadores.
Los desempleados no son los culpables sino las víctimas de este sistema, cuyos auténticos responsables son los más ricos y mimados, así como los millonarios Conservadores.
El gabinete gubernamental –donde abundan personas que nunca han trabajado en su vida- planea castigar a gente como Louise Whiteside, una escocesa de 23 años.
Licenciada de la Universidad de Dundee con un título de primera clase, no encuentra trabajo. Contó al Socialist Worker: “Ayer solicité un puesto de camarera en un hotel, por el que se han presentado otras 250 personas. En tres meses, llevo solicitados 150 trabajos y he repartido mi curriculum por todo Edimburgo, Dundee y Dumfries y Galloway. Me esforcé mucho en la Universidad y no esperaba encontrarme con esto. Creo que tendré que irme a vivir a casa de mis padres. Son repugnantes las mentiras que cuentan los Conservadores acerca de los que cobramos el subsidio de paro. Si quieren animarnos a trabajar, que nos den puestos de trabajo en lugar de destruirlos.”
Pero los planes no se limitan a atacar a los desempleados. Holly Smith, representante sindical de GMB en el departamento de residuos de un ayuntamiento de Brighton, cree que todos los trabajadores están en el punto de mira. “Si el patrono puede conseguir que alguien trabaje sin remuneración, ¿por qué pagarían a otra persona lo debido?”, se pregunta.
“Se dejarán de tener en cuenta las normas de salud y seguridad. Hacemos un trabajo físico duro, manipulando agujas, vidrios rotos, vómitos ¿esperan que lo hagan personas sin formación, incluso con problemas de salud? Es como la esclavitud, una forma de explotación.”
Enfrentados a los recortes de presupuesto, los ayuntamientos despedirán a los trabajadores, que luego tendrán que hacer el mismo trabajo gratuitamente.
Sindicatos
Hace diez años, cuando en Nueva York se adoptó un programa similar, miles de trabajadores sindicados fueron reemplazados por desempleados.
El nuevo programa perjudicará sobre todo a las personas discapacitadas y a los padres y madres sin pareja, porque tienen menos flexibilidad y muchas menos posibilidades cuando hay tantos competidores.
Afirma Colin Hampton, coordinador de los Centros de Trabajadores en Paro de Derbyshire: “Cuando un gobierno consigue que la gente trabaje por el subsidio del paro, peligran los trabajos de todos. Primero te dejan sin trabajo y luego dicen que hay que acostumbrarse a trabajar: es indignante”.
En 2008, se publicó un informe de revisión de programas similares aplicados en EE.UU., Canadá y Australia. Según este informe: “Hay pocas pruebas de que la participación en el programa incremente las posibilidades de encontrar trabajo. Incluso puede reducirlas, al limitar el tiempo disponible para la búsqueda de empleo.”
Los Conservadores piensan que los desempleados son débiles e impotentes. Tenemos que enfrentarnos a ellos, unidos los trabajadores y desempleados. Es esencial que los sindicatos adopten el liderazgo en esta lucha.
El problema es el desempleo, no que la gente sea reacia a trabajar
Woods Keiths, de 37 años, vive en Kent y se formó como maestro. A raíz de la muerte de su padre, padeció una crisis y dejó de trabajar. Lleva tres años en el paro. Nos contó: “Cuando acudí esta mañana al centro de desempleo, se hablaba del nuevo programa: la gente estaba furiosa. Todos preguntaban “¿Y dónde están los trabajos?”
“Constantemente estoy buscando trabajo. En los dos últimos meses en Kent se ofertaron solo cinco puestos en la enseñanza. Para el último se presentaron ochenta personas, y era un empleo de apenas unos pocos meses.
“Las otras ofertas de la semana pasada eran de soldador y constructor, que requieren una formación que yo no tengo, y otro puesto a tiempo parcial y nocturno, que tampoco puedo realizar porque perdería mi actual subsidio de vivienda.
Estoy obligado a participar en el programa “Welfare to Work”, lo que quiere decir que tengo que presentarme ante una empresa privada que quiere hacerme trabajar sin remuneración. Me ofrecieron hacer embalajes, 30 horas semanales: un trabajo por el que antes se pagaba a alguien. No pienso robárselo a nadie.
Para mí es deprimente cobrar el subsidio de paro sin encontrar trabajo y tener que malvivir con lo que recibes, sin poder alternar socialmente. El problema no es que la gente sea reacia a trabajar; el problema es que no hay trabajo.”
Los beneficios de Maximus
El nuevo programa “Welfare to Work” del Ministerio de Trabajo y Jubilaciones está dirigido por una empresa privada llamada Maximus.
En los nueve primeros meses de 2010 sus beneficios se incrementaron en 19’4 por ciento, hasta alcanzar los 131 millones de libras. Su jefe supremo, Richard A. Montoni, obtuvo el año pasado una remuneración de 2 millones de libras. Parece que en la Gran Bretaña conservadora no todos se están sacrificando.

 http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3721

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