La semana pasada, y dentro de las constantes manifestaciones que se estan celebrando en Bucarest desde comienzos de septiembre, tuvo lugar una gran concentración en la Plaza Victoria de la capital, frente a la sede del gobierno rumano.
Los policias, muchos de ellos portando su uniforme oficial, protestaban ante la evidente agresión a los derechos de los trabajadores públicos, y por evidentes consecuencias del resto, que han sufrido un recorte en sus salarios de un 25% (de un salario ya de partido casi ridículo). El ataque a su bolsillo y a su subsistencia, como a la de los pensionistas, se agrava por la subida del IVA y los recortes en servicios y ayudas publicas.
Como los policias son también trabajadores públicos (en Rumania no existe el concepto de funcionario tal y como nosotros lo entendemos) han salido a la calle esta vez para exigir sus derechos, y no para vigilar la propiedad privada, especialmente de las mas grandes, y hasta han tenido que tener algunos enfrentamientos con el resto de policias que no hacian huelga, en su papel de piquetes del capital.
El hecho es que los cabreados policias exigian que el presidente de la Republica de Rumania, Traian Basescu, acudiera a negociar con ellos a Piata Victoriei, y en caso de que no lo hiciera, ellos mismos irian a la sede de la Presidencia, el Palacio de Cotroceni, a hablar con el. Esto ultimo fue lo que sucedio, y los policias emprendieron una marcha no autorizada (del tipo que suelen reprimir habitualmente) por las calles del centro de Bucarest hasta el lujoso palacio del presidente.
Ante sus puertas gritaron contra el presidente, llamandole "ladron", o pidiendo su dimision, y algunas cosas mas fuertes, y lanzaron sus gorras oficiales al jardin del palacio (lo que parece ofendio profundamente el orgullo nacional del presidente, aunque que los rumanos se mueran de hambre parece que no le afecta lo mas minimo).
En definitiva, y tras los problemas, leves enfrentamientos, gritos, etc... a las puertas del gran palacio, el presidente se cabreo y pidio que la policia rumana ya no le escolte jamas de los jamases en sus paseos oficiales por Rumania. Aparte de eso, insulto a algunos de sus dirigentes, denuncio que usaran el uniforme y que algunos llevaran pistolas. Incluso llego a decir que fue un acto de subversion contra la maxima institucion del estado.
Indiferentemente (para los altos cargos, digo) de que los policias se quejaran porque su sueldo no les da ni para pipas, como les pasa a la gran mayoria de los rumanos de hoy, para el presidente de la Republica, el Primer Ministro y el Ministro de Interior la actitud de la policia fue injustificable
Por todo ello, y aparte de la renuncia a los servicios de escolta por parte de Basescu y, por imitacion, Boc (algo que demuestra la consideracion que tienen ambos de la policia, como si su labor de proteccion fuera una cuestion de capricho personal, es decir, como si fuera suya), la consecuencia principal fue la dimision del ministro Vasile Blaga (en la foto, donde se puede ver que no se trata de un trabajador).
Se trata de uno de los hombres fuertes del partido en el poder, el Partido Democrata Liberal (un nido de oportunistas, como el resto de los partidos), y parece que también hay detras luchas instestinas por el control del poder. Sin embargo, y esto es lo importante, las manifestaciones de la policia (y de otros trabajadores del Ministerio de Interior) tuvo como consecuencia la dimision del ministro, que es todo un exito (que un tipo del estilo de los politicos profesionales del capitalismo abandone su sillon bienremunerado y las conexiones lucrativas que lo acompañan tras una demostracion de los trabajadores (aunque sean policias) es todo un exito del movimiento sindical (a pesar de que los trabajadores hubieran preferido que la dimision fuera del gobierno en pleno.
No hay que olvidar que el ministro dimitido estaba ya con las riendas del Ministerio de Interior cuando Basescu ganó por la mínima las elecciones presidenciales el pasado diciembre, iniciando su segundo mandato bajo acusaciones de un fraude mas que probable. Y el que dirigio y controlo el proceso electoral era Blaga (por cierto que de esto ya no se habla apenas en la prensa, ni siquiera la oposicion que tanto escandalo monto, lo que demuestra que las disputas y diferencias entre los partidos del regimen capitalista son solo la fachada de una completa identidad de intereses economicos e ideologicos (en los que el pueblo solo es un invitado decorativo).
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