El miedo ha empezado a hacer efecto en Arizona. Aunque no hay cifras exactas, miles de personas están abandonando el estado siete semanas antes de que entre en vigor la nueva ley inmigratoria, que permite a la policía del estado comprobar el estatus migratorio de cualquier persona que arresten, detengan o sea sospechosa de no tener sus papeles en regla, según el diario 'USA Today'.
De los cientos de miles de inmigrantes indocumentados que viven en Arizona -una gran mayoría procedentes de México-, muchos han optado por no arriesgarse y ya han partido o están a punto de hacerlo. El efecto se ha notado en la economía local y en lugares como los colegios, donde el registro de estudiantes en zonas latinas ha descendido notablemente en los últimos días.
Sólo en el distrito escolar de Balsz, de mayoría hispana, 70 familias han optado por sacar a sus hijos del colegio tras la aprobación de la ley firmada el pasado 23 de abril por la gobernadora del estado fronterizo, Jan Brewer. "Se están marchando a otros estados donde se sienten más acogidos", señaló Jeffrey Smith, superintendente de ese distrito escolar.
La tendencia no sólo afectará al sistema escolar, sino a negocios que ya han comenzado a sentir el bajón en las ventas debido a la masiva migración hacia otras partes del país. Jorge Vargas, dueño de un negocio de aire acondicionado en Phoenix, en un estado desértico donde las temperaturas alcanzan los 50 grados centígrados, ya ha anunciado su intención de mudarse a Nueva York, donde la comunidad mexicana ha crecido de forma exponencial en los últimos años y donde las leyes con los inmigrantes indocumentados son mucho más permisivas.
Otros como Juan Carlos Cruz, un inmigrante sin papeles que lleva más de 20 años trabajando en hospitales de Phoenix, aprovechó el pasado fin de semana para reunirse con su familia y planear una mudanza hacia otro estado, posiblemente Virginia o California.
Cruz piensa que no hay otra salida para su familia y sólo consideraría quedarse si estuviera solo. "Quiero encontrar un lugar donde podamos vivir con más libertad", dijo Cruz. "Esto es demasiado duro".
Este desplazamiento masivo de inmigrantes tiene un precedente, cuando en 2007 la ley que sancionaba con dureza a las empresas que contratasen 'sin papeles' provocó un éxodo de unas 100.000 personas, lo que desembocó en el cierre de multitud de negocios.
Pese al drama personal que significará para miles de familias hispanas, desde la oficina de la gobernadora lo ven como una buena noticia. "Si eso significa que menos personas están quebrantando la ley, ya es un gran logro", dijo Paul Senseman, un portavoz de Brewer.
http://www.elmundo.es/america/2010/06/10/estados_unidos/1276121024.html
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