El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, tiene hoy en la calle la respuesta a sus constantes ataques a los inmigrantes. Cuatro millones de extranjeros están llamados a una huelga general en toda Italia con el eslogan "24 horas sin nosotros", como ya hicieran los sin papeles en Francia.
La protesta ha sido organizada por la asociación Primo Marzo y cuenta con el apoyo de varias ONG y partidos de la oposición. Los sindicatos mayoritarios (Cgil, Cisl, Uil y Cobas) han dado el apoyo a la protesta, pero no han llamado a la huelga alegando que no se puede hacer distinción étnica entre trabajadores.
"La manifestación quiere hacer reflexionar a la opinión pública italiana sobre cómo es de determinante el apoyo de los inmigrantes al funcionamiento de nuestra sociedad", explica la asociación en su web. "¿Qué sería de Italia si un día no trabajasen los 4 millones y medio de inmigrantes que viven en el país?", se pregunta Primo Marzo.
La protesta surge después de las agresiones a inmigrantes en Rosarno el mes pasado y que acabó con una batalla campal entre autoridades y extranjeros. "Somos inmigrantes, segundas generaciones e italianos. Todos nosotros unidos por el rechazo al racismo, a la intolerancia y a la cerrazón que caracteriza el presente italiano", añade la asociación.
Las manifestaciones tendrán lugar en 60 plazas de todo el país y el color predominante será el amarillo, elegido como insignia del movimiento. Entre las iniciativas destacan las dos manifestaciones que se celebrarán en Roma y que concluirán en la Plaza Vittorio Emanuele, situada en uno de los barrios más multiculturales de la capital, donde se celebrarán varios conciertos.
En Milán se desplegarán tres pancartas gigantes en varias zonas significativas para los inmigrantes: la comisaría central, donde se emite el permiso de residencia; el tribunal, como protesta ante la penalización de la inmigración ilegal; y la calle Corelli, donde hay un centro de identificación y expulsión.
En la capital lombarda también está prevista una concentración en la Plaza del Duomo y se impartirán clases de idiomas de manera simbólica.
En 2008, los sin papeles convocaron una huelga similar en Francia, que consiguió una rectificación del Gobierno de Sarkozy. El Elíseo se prestó a examinar más concienzudamente cada caso a la hora de solicitar el permiso de residencia en el país. En enero de 2009 Francia batía, sin embargo, un récord en la expulsión de inmigrantes.
Los extranjeros reclamaban estar pagando los impuestos desde hacía años pero Francia no se había prestado a su regularización. Aquello tuvo lugar en abril, pero la tensión se alargó hasta el verano. En el mes de junio, los trabajadores extranjeros de la hostelería retomaron la huelga, provocando un nuevo gesto del Gobierno en materia de regularizaciones.
http://www.publico.es/internacional/298785/inmigrantes/plantan/cara/berlusconi/huelga/horas
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