Un caso resuelto al año por cada mil cámaras. La estrategia empleada en los últimos años por el Gobierno británico para luchar contra el crimen y el terrorismo no parece funcionar. La inversión, de 500 millones de libras (unos 580 millones de euros), para instalar la red de cámaras de Circuito Cerrado de Televisión (CCTV) por toda la capital británica tampoco parece justificada. Resolver un crimen a la Policía Metropolitana de Londres recurriendo a las pruebas grabadas le sale al contribuyente por la friolera de cinco millones de libras. "Un gasto enorme para una eficacia mínima", en palabras del diputado conservador David Davis.
Todos estos datos se desprenden del ultimo informe interno de Scotland Yard revelado este martes por el diario The Independent. La conclusión, la expuesta por el Inspector Jefe de la Policía de Londres, Mick Neville: los agentes deberían dedicar más esfuerzos a capturar a los criminales en la calle que en resguardarse en las evidencias de las cámaras de vigilancia.
En la última década, el Reino Unido se ha plagado de redes de cámaras de CCTV con el objetivo de atajar los crímenes y luchar contra el terrorismo. No hay datos oficiales por la controversia que esto podría causar en la opinión pública, pero sí hay estimaciones que apuntan a que en todo el país podría haber instaladas casi cinco millones. La cifra invertida en todo este tiempo se multiplicaría por cinco.
Neville, en su informe, duda de que esto sirva para algo. En el informe, el jefe de Policía dice que cualquier persona puede ser grabada varias veces a lo largo de un día y que la Policía suele tener bastantes expectativas cuando arresta a alguien, pero la realidad acaba siendo otra completamente distinta. A veces, incluso las evidencias grabadas en vídeo no son suficientes para acusar a nadie. Un ejemplo gráfico: según Neville, en un mes las cámaras sólo sirvieron para encarcelar a ocho de 269 sospechosos de robo en todo Londres.
Intimidad violada
Las críticas, que ya las había, no van a tardar en volver a emerger tras este informe. Para Davis, "El uso de cámaras de CCTV es una gran intrusión en la vida privada de las personas porque todo el mundo puede ser grabado a cualquier hora del día pero "no provoca un aumento claro en la seguridad de esas personas". Por ello opina que "la Policía Metropolitana ha tardado mucho en darse cuenta de la falta de efectividad de las CCTV, algo que es palpable tanto en Londres como en el resto del país".
Mientras tanto, Scotland Yard está inmerso en la Operación Jabalina, un programa patrocinado por el Ministerio de Interior con el objetivo de optimizar el uso que se hace de las cámaras. Al mismo tiempo se ha creado en 11 distritos de la capital el Departamentode Indentificación y Detección Visual. Su propósito es seleccionar cuidadosamente las imágenes de los potenciales sospechosos, almacenarlas en una base de datos a la que tiene acceso cualquier agente de Policía y tenerlas presentes para que en caso de delito, puedan ser usadas contra los criminales.
El problema es que esa selección es la subjetividad. Un policía, en base a uss conocimientos, puede hacer un seguimiento de cualquier persona que le parezca sospechosa con una cámara. Esas imágenes quedan almacenadas y, a no ser que haya una evidencia de crimen, permanecerán estancadas en los servidores de la Policía por si acaso. Una forma de prevención un tanto intrusiva.
El Público.es - 25.08.09
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