Edgardo Lander
Lejos están los tiempos en los cuales era posible ignorar toda responsabilidad ética en la producción de conocimiento, a partir de la fe ciega en el dogma cientificista de la Ilustración.
De vez en cuando se hace indispensable dar un alto en la dinámica cotidiana de nuestra actividad para interpelar el sentido de lo que hacemos. Lejos están los tiempos en los cuales era posible ignorar toda responsabilidad ética en la producción de conocimiento, a partir de la fe ciega en el dogma cientificista de la Ilustración. Despertar del sonambulismo que caracteriza a la vida universitaria exige detenerse para volver a formular algunas interrogantes básicas.
Preguntas pre-teóricas, que se refieren al sentido esencial de lo que hacemos: ¿Para qué y para quién es el conocimiento que creamos y reproducimos? ¿Qué valores y qué posibilidades de futuro son alimentados? ¿Qué valores y posibilidades de futuro son socavados?
En este texto se buscará explorar estos problemas a partir de dos supuestos iniciales.
Descargar: Conocimiento para qué. Conocimiento para quién.pdf
Preguntas pre-teóricas, que se refieren al sentido esencial de lo que hacemos: ¿Para qué y para quién es el conocimiento que creamos y reproducimos? ¿Qué valores y qué posibilidades de futuro son alimentados? ¿Qué valores y posibilidades de futuro son socavados?
En este texto se buscará explorar estos problemas a partir de dos supuestos iniciales.
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