Enrique Martín Criado
"Desde hace ya no pocos años, un fantasma recorre Europa: el paro juvenil. Plaga de las complejas sociedades contemporáneas, cualquier medida para remediar este problema social sería buena: tanto mejor si, además, consigue aumentar los beneficios empresariales —disminuyendo los costes laborales— o ampliar el mercado de los vendedores de bienes culturales —prestos a ofrecer su producto, la cultura, laformación, como panacea (bien de salvación) a cualquier enfermedad social—. La retraducción sociológica de esta problemática es el discurso de la inserción. Los jóvenes, que se hallaríanfuera de la sociedad, han de insertarse —meterse dentro—. Este proceso, centrado en la obtención de un empleo, seria común a todos ellos: no habría diferencia en los puntos de partida —en la posición social de la familia de origen— ni en los puntos de llegada —en los tipos de empleo a conseguir—. En cualquier caso, lo fundamental sería pasar de la situación de extraterritoñalidad social a, tenninado el proceso de inserción, llegar a ser sujetos autónomos1. La juventud, una vez más, seria un problema." - Texto completo
Cuadernos de relaciones laborales, ISSN 1131-8635, Nº 11, 1997
À procura de textos e pretextos, e dos seus contextos.
06/11/2009
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