Grupos de viajeros de Estados Unidos organizados por la Red se movilizan tras los últimos casos de invasión de la privacidad en los controles.
Hace casi un año del atentado frustrado en un avión en Detroit por parte del miembro de Al Qaeda, Abdoul Farouk Abdulmutallab. Desde entonces, las medidas de seguridad en los aeropuertos de Estados Unidos han ido en aumento, hasta aprobarse la colocación de escáneres corporales en las terminales, que permiten conocer lo que cada persona porta en su cuerpo.
Sin embargo, muchos han visto en este tipo de tecnología una medida invasiva de la intimidad y por ello grupos de viajeros organizados a través de Internet han decidido iniciar un boicot para el próximo 24 de noviembre, día anterior a la celebración de Acción de Gracias y uno de los días con más tráfico aéreo de todo el año. La idea es que todos se nieguen a pasar por el escáner corporal.
Precisamente, hace una semana se conoció que un centenar de imágenes tomadas en esos escáneres fueron colgadas en la Red. El enfado de la ciudadanía ha llegado hasta tal punto, que el pasado 13 de noviembre, un joven californiano llamado John Tyner, se ha hecho famoso por negarse a pasar por el escáner, prefiriendo ser registrado por los miembros de la seguridad.
Lo que diferencia a Tyner del resto de los mortales es que él decidió grabar con su móvil la conversación que mantuvo con quien le registró. "Como me toques el paquete, te denunciaré", le amenazó Tyner. Esta frase se ha convertido en un auténtico hit en Estados Unidos, llegando a protagonizar hasta un vídeo musical que parodia su experiencia.
La situación ha llevado al jefe de la seguridad aérea estadounidense, John Pistole, a declarar que van a intentar que los métodos de escaneo y registro sean "lo menos invasivos posible". Sin embargo, más tarde reconoció que no piensan "cambiar las políticas". "Hay un constante proceso de ajuste para asegurarnos de que se aplican las mejores prácticas", añadió.
Cuando Pistole habla de métodos "invasivos", hace una referencia implícita a uno de los casos que ha conmocionado a la sociedad estadounidense. Cathy Bossi, una auxiliar de vuelo de la compañía U.S. Airways, hizo como Tyner y prefirió ser registrada a pasar por el escáner. Lo que no sabía es que su decisión le iba a resultar humillante. Durante el registro, le obligaron a quitarse la prótesis mamaria que Bossi lleva desde que superó un cáncer de mama. "No podía creer que algo así me ocurriría", aseguró la mujer, según informa la cadena NBC. "Solo intentaba acudir a mi trabajo", se lamentaba.
Los escáneres y los registros se han convertido en unos medios tan odiados que ni siquiera la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, quiere pasar por ellos. "Si pudiera evitarlos, los evitaría, ¿quién no?", afirmó a la CBS el pasado domingo. "Estamos buscando vías para disminuir el impacto en los viajeros", justificó más tarde. 












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