Lisboa, 24 de noviembre. La huelga general convocada por las dos principales organizaciones sindicales de Portugal en repudio a las políticas económicas del gobierno para reducir el déficit público paralizó 80 por ciento los principales puertos, aeropuertos, servicios municipales, de salud y de transporte, señalaron dirigentes gremiales.
A la protesta, la primera en 22 años organizada conjuntamente por la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP) y la Unión General de Trabajadores (UGT), se sumaron
más de 3 millonesde empleados, aseguró Manuel Carvalho, de la Confederación.
En tanto, la ministra del Trabajo, Helena André minimizó las afectaciones de la huelga, aunque dijo que de todos los sectores que participaron, el del transporte tuvo los mayores efectos, particularmente en Oporto y Lisboa.
Precisamente, en la capital, la red del Metro permaneció cerrada todo el día, y sólo circulaba uno de cada cuatro autobuses. El transporte entre las dos orillas del Tajo fue igualmente interrumpido. El 75 por ciento de los trenes detuvieron sus recorridos.
En el sector salud, sólo funcionaron las áreas de urgencias de los hospitales.
Bomberos, empleados de bancos, artistas, funcionarios de justicia se sumaron igualmente al movimiento, razón por la cual los sindicatos lo consideraron
masivotoda vez que fábricas de automóviles, así como la industria del calzado, piel y corcho se mantuvieron paralizadas.
No obstante, asociaciones patronales hablaron de
perturbaciones menores, anunciando tasas de huelguistas inferiores al 5 por ciento a nivel nacional.
La huelga se llevó a cabo cuando el gobierno se apresta a votar en definitiva un presupuesto de austeridad sin precedentes para recortar el déficit de 7.3 por ciento a 4.6 por ciento del producto interno bruto. Este plan de ajuste incluye baja de salarios, alza de impuestos y disminución de prestaciones sociales.
Mientras, en Grecia, muchas islas permanecieron incomunicadas por segundo día consecutivo a raíz de la huelga de marineros. El sindicato de ese gremio anunció que su movilización se prolongaría al menos hasta el viernes.
Los marineros iniciaron la huelga en protesta por el programa de austeridad del gobierno, por lo que exigen aumentos salariales de 2 por ciento. Las navieras, en cambio, sólo están dispuestas a otorgar 0.5 por ciento.
Para mañana jueves, choferes de autobuses y del metro tienen previsto unirse a los marineros en paro de cuatro horas.
En tanto, la Confederación Europea de Sindicatos llamó a una movilización el 15 de diciembre para protestar contra las medidas de rigor adoptadas por los gobiernos de varios países de Europa. Según esta organización, se prevén huelgas y marchas en España, Grecia, Francia o Dinamarca.
Queremos realizar un cinturón (humano) alrededor del Berlaymont, el edificio de la Comisión Europea en Bruselas, para
mostrar que no podemos aceptar la austeridad y sus consecuencias terribles, explicó el secretario adjunto de la Confederación, Joel Decaillon.
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