A una movilización masiva por las calles de Londres se le suman manifestaciones por todo el país.
Por el momento no ha habido ningún incidente grave, sólo unos cuantos estudiantes zarandeando una furgoneta de policía e intentando subirse al techo. Pero después de las imagenes de violencia de la última manifestación en Reino Unido, en la que algunos universitarios tomaron la sede de los Tories en Londres, todos los focos se centran sobre ellos.
Los motivos de las protestas son los mismos de principios de mes: la subida de las tasas universitarias y el recorte que el Gobierno de David Cameron ha aplicado al presupuesto de la educación. Miles de estudiantes se agolpan este mediodía en Whitehall, la calle donde se encuentra la sede del Ejecutivo y las calles aledañas al Parlamento británico.
Los paros han afectado a las universidades, colegios y escuelas superiores. Hace dos semanas, la policía arrestó a más de 60 personas por los disturbios, en los que se rompieron ventanas, se lanzaron objetos contra los agentes y se arrojó un extintor desde el tejado del edificio.
El jefe de la policía de Londres admitió que no estaban preparados para los disturbios, pero en esta ocasión aseguraron que estaban listos para cualquier eventualidad.
"Cualquiera que pretenda salir a las calles de Londres con intención de crear desorden, causar violencia y cometer crímenes debería entender que no será tolerado y que serán arrestados", dijo el comandante Bob Broadbent, que dirige el operativo en la capital.
Triplicando las tasas
El Gobierno triplicará el precio anual de las carreras, que en algunos casos podrán llegar a costar hasta 9.000 libras (unos 9.500 euros). Y también ha propuesto cortar cualquier subvención a muchos departamentos universitarios para reducir la deuda pública.
Los estudiantes responsabilizan a Nick Clegg, el líder de los liberal demócratas y vice primer ministro británico,de la subida de las tasas. Durante la campaña electoral de mayo, Clegg se había comprometido reiteradamente a congelar el precio de las carreras, pero tras su entrada en el Gobierno, el liberal ha acabado por plegarse a las decisiones de Cameron y su ministro de Finanzas, George Osborne.
Ayer, Clegg pidió a los estudiantes que reconsideraran las protestas: "Antes de salir a la calle a manifestaros y gritar, os pido que leáis y analicéis bien nuestras propuestas", dijo.
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