Miles de iraquíes salieron ayer a las calles en distintas ciudades del país para participar en las manifestaciones convocadas para protestar por el empeoramiento de los servicios básicos, el paro y la corrupción. Las protestas han dejado en Irak al menos 23 muertos desde que comenzaron las manifestaciones a mediados de febrero.
En Bagdad, miles de personas intentaron llegar a la céntrica plaza de Tahrir para participar en el denominado "viernes de la dignidad y de los desafíos" para pedir reformas políticas y económicas. Los agentes antidisturbios de la Policía iraquí cortaron el acce-so a la plaza y se emplearon con violencia contra los manifestantes usando cañones de agua y cargas a bastonazos.
Muchos de los manifestantes llevaban banderas iraquíes y pancartas con mensajes como "no a la corrupción, "no al paro, sí a las oportunidades de trabajo para los parados", "queremos reformas del régimen" y "el petróleo del pueblo no es para el pueblo", según informó Efe.
Los responsables de la seguridad en la capital habían solicitado a los manifestantes que se limitaran a protestar en las zonas marcadas por las autoridades: la plaza de Firdús, para los residentes en el área de Rusafa, en el este, y la vecina plaza de Al Zaura, para los vecinos del Karj, en el oeste.
Pese a todas las medidas de seguridad, unas 2.000 personas lograron llegar a la plaza Tahrir de Bagdad.
Manifestación en Basora
En Basora, en el sur, unas 700 personas protestaron en la capital petrolífera del país. Las exigencias eran similares y muy centradas en la falta de trabajo.
El pasado domingo, el primer ministro Nuri Maliki dio un plazo de cien días a sus ministros para que apliquen reformas que alcancen a la población. Según Maliki, si no cumplen los objetivos serán despedidos.
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