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09/01/2010

Dubai, la nueva Torre de Babel

Un emirato del Golfo en que opulencia y crisis económica marchan de la mano

Juan Dufflar Amel

Tan elevada como espectacular, la Torre Burj Califa, la más alta del mundo, recién inaugurada en Dubai, es la multimillonaria deuda pública de este pequeño estado del Golfo, integrante de los Emiratos Árabes Unidos, en el que opulencia y crisis económica marchan de la mano en paradójico contraste.
Los EAU forman un conjunto de estados situados al sudeste de la península arábiga en el Golfo Pérsico (Oriente Medio), integrado por siete emiratos: Abu Dabi, Ajmán, Dubái, Fujaira, Ras el Jaima, Sarja y Um el Kaiwain. Limitan con Omán al sureste y al norte, y con Arabia Saudita al oeste y sur.
La construcción de este monumental complejo inmobiliario de 828 metros de altura y 190 pisos, se realizó a un costó mil 500 millones de dólares y en su ceremonia de inauguración participaron seis mil invitados.
La Torre es considerada una obra magistral de arquitectura, otra de las maravillas del mundo moderno y el símbolo del desmedido crecimiento de Dubai. La enorme mole de acero y vidrio supera en unos 300 metros al que hasta entonces fuera el rascacielos más alto del mundo, la torre Taipei 101, en Taiwan, construida en 2004 con una altura de 508 metros.
Burj Califa es el elemento central de un gigantesco programa inmobiliario de 20 mil millones de dólares del nuevo barrio Downtown Burj Dubai", que incluye 30 mil apartamentos y el mayor centro comercial del mundo.
Según las autoridades del país se espera que este sea el último de los majestuosos proyectos que le han dado fama al pequeño emirato, entre ellos una isla artificial en forma de palmera construida por el gigante inmobiliario Nakheel, señalado por sus críticos como responsable en parte de las dificultades financieras de Dubai.
El esplendor de la Torre, una verdadera “ciudad vertical” concebida para estimular las inversiones inmobiliarias, no pudo ocultar las dificultades económicas por la que atraviesa el país, cuya deuda pública supera los 100 mil millones de dólares.
Un hecho significativo es que durante la fastuosa ceremonia, el edificio, que iba a llamarse Burj Dubai, fue rebautizado Burj Califa en honor al emir de Abu Dhabi y presidente de los Emiratos Arabes Unidos, Khalifa ben Zayed al-Nahayan, que aportó a Dubai 25 mil millones de dólares para evitar la bancarrota de la ciudad-estado.
Las insuficiencias financieras de Dubai sacudieron a los centros bursátiles de poder internacional cuando el 25 de noviembre pasado el emirato pidió la moratoria de pago de miles de millones de dólares ligadas a la Dubai World y sus unidades inmobiliarias.
En Dubai, país de los petrodólares, junto a la magnificencia de los más de 640 rascacielos, perviven focos de una gran pobreza y casi un millón de inmigrantes asiáticos, que habitan en barracones y dormitorios colectivos,enfrentan la inflación y la escasez de alimentos en la capital comercial de los opulentos Emiratos Árabes.
Si el “boom” de los altos precios del petróleo que hace dos años superaron los 130 dólares por barril convirtió a Dubai en un hervidero de construcciones que dieron empleo a más de 700 mil trabajadores inmigrantes -en su mayoría asiáticos- y fuente de mano de obra barata, su abrupta caída generó una contracción económica que obligó al gobierno al no cumplimiento de sus compromisos financieros y a solicitar una suspensión de los pagos de sus deudores.
Nada en esta “capital mundial del derroche”, parecía indicar que una crisis financiera estaba sumiendo al planeta en la recesión, pero el anuncio de la mora solicitada por Dubai, fue un llamado de alerta acerca de su situación económica.
El denominado “milagro de Dubai” languidece ahora tras el temor
a un “crash” inmobiliario, que ahuyenta la inversión extranjera, un decisivo factor de desenfrenado crecimiento en los últimos seis años impulsado por los altos precios del petróleo, que le ha permitieron expandir los sectores inmobiliario, financiero y turístico.
La Torre Burj Califa es más bien un remedo de la antigua Torre de Babel, en la que opulencia y pobreza no hablan el mismo idioma.

http://www.trabajadores.cu/materiales_especiales/columnistas/juan-dufflar-amel/dubai-la-nueva-torre-de-babel-columnista

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