Noventa trabajadores de distintos departamentos de la empresa DICOM-Equifax Chile, formaron un sindicato en noviembre del 2009, primera experiencia de esta índole en esa empresa privada dedicada al registro y publicación de información acerca de la actividad de las personas en el sistema financiero y comercial.
El 31 de diciembre del 2010 presentaron por primera vez un proyecto de contrato colectivo, solicitando condiciones básicas de trabajo, como la actualización de funciones y del sueldo base, entrega de vestuario y ropa de trabajo, asignación de movilización, reajustabilidad de remuneraciones según IPC, pago de semana corrida, entre otras.
En primera instancia la empresa se negó a negociar cualquiera de estos puntos, para luego, el 9 de marzo, en una reunión que no duró más de 15 minutos, comunicarles su “última oferta”: ninguno de los puntos de su petitorio sería conversado, y sólo se reconocería “algunas cláusulas tácitas de los contratos individuales”.
Los trabajadores, en vista de la negativa de la empresa, con una actitud decidida y valiente, votaron la huelga el día 18 de marzo, la que se mantiene hasta el día de hoy. Los dirigentes del sindicato denunciaron a la Inspección del Trabajo que: “la empresa a través de sus máximas jefaturas ha realizado un conjunto de acciones en contra de nuestra organización sindical, dirigentes sindicales y socios, consistentes en incumplimientos legales como modificaciones unilaterales de condiciones de trabajo, pero especialmente ha realizado actos discriminatorios y calificados de acuerdo a la norma legal vigente como Prácticas Antisindicales y Desleales”.
Entre las prácticas denunciadas están las reiteradas amenazas de despido que los jefes de departamento de la empresa han hecho a los trabajadores sindicalizados desde el mes de enero, los que señalaron que terminada la negociación colectiva se haría una “limpieza en la empresa”, por lo que han contratado ya, “con el fin de generar mayor temor e incertidumbre respecto a nuestro futuro laboral”, a trabajadores con contrato indefinido a quienes deben los propios trabajadores sindicalizados -por imposición de la empresa– capacitar en sus mismas funciones.
De hecho, en una carta que la empresa hizo llegar a los trabajadores, señala textualmente que “si la huelga se hace efectiva, el contrato de todos ustedes quedará suspendido, no pudiendo ninguno de los trabajadores que negocian colectivamente prestar servicios e ingresar a las instalaciones de la empresa durante todo el tiempo que dure la huelga y la empresa no pagará sus remuneraciones durante ese tiempo”, agregando, en el mismo documento, que “los efectos de la huelga son extremadamente delicados, razón por la que los llamamos a meditar muy detenidamente la decisión que adoptarán”.
Miguel Norambuena, presidente del sindicato, señala que además de entregar esta carta a las personas sindicalizadas, fue enviada una copia certificada al domicilio de cada trabajador, “como modo de presión con tal de amedrentar a la familia y provocar un conflicto familiar que debilite la convicción de los trabajadores para continuar en la huelga”.
La principal razón de estas medidas, explican los dirigentes de la organización sindical, tal como la jefatura lo ha comentado con algunos trabajadores, es que la gerencia de la empresa desde Atlanta, Estados Unidos, ha ordenado adoptar las medidas necesarias para la disolución del sindicato.
La política de esta empresa norteamericana dispone no aceptar en ninguna de sus filiales repartidas por el mundo la sindicalización ni la negociación colectiva, más aún cuando ésta pueda generar, a propósito de la publicidad de cualquier conflicto en los medios de comunicación, un mayor daño en la imagen corporativa de esta empresa frente a la opinión pública, atendiendo la naturaleza de su negocio, ya que se trata del registro y publicación de morosidades y deudas de las personas.
Sobre este punto la empresa es rigurosamente cuidadosa. Los dirigentes del sindicato cuentan que a mediados del año 2009, apoyándose en la crisis económica por la que atravesaba el país, la empresa despidió de forma arbitraria a más de cincuenta personas, tras lo cual, para evitar escándalos que pudieran dañar más su presencia corporativa en el país, creó un “Departamento de Desarrollo Tecnológico” con el objetivo de “generar puestos de trabajo”, situación ampliamente difundida por medios como TVN y CNN.
En el mismo sentido, denuncian los dirigentes, la empresa ha colocado en su sitio web una vistosa imagen con la reseña “Queremos apoyarte. Juntos reconstruiremos nuestro país. ¡Vamos Chile!”, aludiendo a una supuesta ayuda económica que la empresa DICOM-Equifax habría donado a las víctimas del reciente terremoto, que los trabajadores aseguran nunca habría existido.
Algunas Preguntas
Los trabajadores contaron a El Siglo que la empresa DICOM-Equifax Chile ha sido denunciada en reiteradas ocasiones por malas prácticas laborales, por el no pago de horas extras, por tener trabajadores a honorarios por más de un año, por el no pago de remuneraciones acordadas de forma verbal, entre otros abusos, sin nunca recibir una multa o una sanción por parte de la Dirección del Trabajo.
Cabe hacer notar que esa entidad mantiene un contrato que otorga a Equifax la facultad de ser la única empresa que puede publicar el denominado Boletín Laboral de Deudores Provisionales, por lo que se preguntan: ¿Es DICOM un poder fáctico en Chile? ¿Están los acuerdos comerciales por sobre los derechos de los trabajadores?
http://www.elsiglo.cl/Huelga-de-los-trabajadores-DICOM.html
1 comentário:
ASI ES EFECTIVAMENTE SE PASAN A LLEVAR LAS LEYES LABORALES DE NUESTRO PAIS.
LOS TRABAJADORES ESTAMOS CANSADOS DE SER AMENAZADOS Y TRABAJAR EN CONDICIONES POCO SEGURAS PARA NUESTRAS FAMILIAS...
TENEMOS MIEDO DE LAS REPRESALIAS...
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