Hablamos con la aclamada escritora y activista india Arundhati Roy sobre el presidente Obama, las guerras en Iraq y Afganistán, India y Cachemira y mucho más. Roy también habla sobre su viaje a lo profundo de las selvas de India central para informar sobre la insurgencia maoísta.
TRANSCRIPCIÓN NO EDITADA
ANJALI KAMAT: Pasaremos el resto de la hora con la aclamada escritora y activista india Arundhati Roy sobre el oscuro punto débil de India, un país que se enorgullece de se le conozca como la mayor democracia del mundo.
Durante este mes, cuando Forbes publicó su lista anual de multimillonarios del mundo, la prensa india informó con un cierto deleite de que dos de sus compatriotas habían llegado a la envidiada lista de los diez individuos más ricos del mundo.
Mientras tanto, miles de paramilitares y policías indios libran una guerra contra algunos de sus habitantes más pobres que viven lejos, en el llamado cordón tribal del país. Funcionarios indios dicen que más de un tercio del país, sobre todo tierra selvática rica en minerales, está parcial o totalmente bajo el control de rebeldes maoístas, también conocidos como naxalitas. El primer ministro de India ha calificado a los maoístas de la “amenaza más grave para la seguridad interna.” Según cifras oficiales, cerca de 6.000 personas han muerto en los últimos siete años de combates, más de la mitad de ellos civiles. La nueva ofensiva paramilitar del gobierno contra los maoístas se ha apodado Operación Caza Verde.
Bueno, anteriormente durante este mes el líder de la insurgencia maoísta, Koteswar Rao, o Kishenji, invitó a la novelista ganadora del Premio Booker, Arundhati Roy, para que mediara en conversaciones de paz con el gobierno. Poco después, el Secretario del Interior de India, G.K. Pillai, criticó a Roy y a otros que han llamado, cito, “genocida” la violencia estatal contra los maoístas.
G.K. PILLAI: “Si los maoístas son asesinos, por favor llámenlos asesinos. ¿Por qué sucede que si los maoístas asesinan en Midnapore Occidental durante el año pasado de junio a diciembre a 159 civiles inocentes, no se ve ninguna crítica de eso?, si el gobierno lo hubiera hecho, mucha gente lo habría llamado genocidio. ¿Por qué no es genocidio por los maoístas?
AMY GOODMAN: Bueno, Arundhati Roy tuvo recientemente un excepcional encuentro con las guerrillas armadas en las selvas de India central. Pasó unas semanas viajando con la insurgencia en lo profundo del corazón del territorio maoísta de India y escribió sobre su lucha un ensayo de 20.000 palabras publicado este fin de semana en la revista india Outlook. Se titula “Walking with the Comrades.” (Caminando con los camaradas).
Ahora se nos une en Nueva York la autora y activista por la justicia global de renombre mundial. Ganó el Premio por la Libertad Cultural de la Fundación Lannan en 2002, y es autora de una serie de libros, incluyendo la novela ganadora del Premio Booker The God of Small Things [1]. Su última colección de ensayos, publicada por Haymarket, es Field Notes on Democracy: Listening to Grasshoppers.
Arundhati Roy, bienvenida a Democracy Now!
ARUNDHATI ROY: Gracias, Amy.
AMY GOODMAN: Antes de hablar del interesantísimo viaje que hizo, usted llega en el séptimo aniversario de la invasión de Iraq por EE.UU. Usted fue extremadamente franca sobre la guerra y lo ha seguido siendo. Recuerdo haberla visto en la Iglesia Riverside con el gran Howard Zinn, haciendo un discurso contra la guerra. ¿Qué piensa ahora, siete años después? ¿Y cómo ha afectado a su continente, cómo afecta a India?
ARUNDHATI ROY: Bueno, pienso que, ya sabe, lo más triste es que cuando tuvieron lugar las elecciones en EE.UU. y todo lo que había era la retórica del cambio en el que se puede creer, e incluso los más cínicos entre nosotros vimos a Obama ganar las elecciones y nos sentimos emocionados viendo lo feliz que estaba la gente, especialmente gente que había vivido el movimiento por los derechos civiles, etc. En realidad lo que ha sucedido es que llegó y expandió la guerra. Ganó el Premio Nobel de la Paz y aprovechó la oportunidad para justificar la guerra. Fue como si esas lágrimas de la gente negra que lo veía, un hombre negro llegó al poder, fueran cortadas y pegadas a los ojos de la elite mundial que lo veía justificar la guerra.
Y de donde yo vengo, es casi como –uno piensa que ni siquiera comprenden lo que está haciendo el gobierno estadounidense. No comprenden el tipo de terreno en el que se mueven. Cuando uno dice cosas como “Tenemos que eliminar a los talibanes,” ¿qué quiere decir eso? Los talibanes no son una cantidad determinada de personas. Los talibanes son una ideología que ha surgido de una historia que en todo caso fue creada por EE.UU.
Iraq, la guerra continúa. Afganistán, obviamente, se alza en revuelta. Se ha extendido a Pakistán, y de Pakistán a Cachemira y a India. De modo que vemos a esta superpotencia, en cierto modo, atrapada en la arena movediza con una incapacidad conceptual de comprender lo que está haciendo, cómo salir o cómo quedarse. Va a arrastrar consigo a este país y pienso que es una verdadera lástima que, en cierto modo, por lo menos George Bush era casi obsceno en su estupidez al respecto, mientras que ahora todo es humo y espejos, y la gente halla que es más difícil descifrar lo que está sucediendo. Pero, de hecho, la guerra se ha expandido.
ANJALI KAMAT: Y Arundhati, ¿cómo explicaría el papel de India en la guerra en expansión de Afganistán y Pakistán? Es un clima de muy buenas relaciones entre India y EE.UU.
ARUNDHATI ROY: Bueno, el papel de India – el papel de India es uno en el que por el momento trata de posicionarse, como dice todo el tiempo, como aliado natural de Israel y de EE.UU. E India se esfuerza por acercarse a una posición de influencia en Afganistán. Y personalmente creo que al gobierno estadounidense le encantaría ver tropas indias en Afganistán. No se puede hacer abiertamente porque simplemente estallaría, de modo que hay toda clase de maneras por las cuales tratan de crear una esfera de influencia en ese país. De modo que el gobierno indio está profundamente involucrado en el gran juego y por cierto el resultado son los ataques en Cachemira y en Mumbai, no directamente relacionados con Afganistán, pero por cierto hay toda una historia de este tipo de maniobras.
AMY GOODMAN: Para un público estadounidense, y tal vez para un público que está fuera de la región, podría hablarnos de un área en la que usted se ha estado concentrando mucho, por cierto, y es Cachemira. La mayoría de la gente la conoce como un suéter. Es lo que piensan cuando oyen “Cachemira.”
ARUNDHATI ROY: Bien, mm-hmm.
AMY GOODMAN: De modo que, comenzando por eso, si puede decirnos lo que está sucediendo allí – incluso ubicarla geográficamente para nosotros.
ARUNDHATI ROY: Bueno, Cachemira, como dicen en India, es la parte inacabada en la partición de India y Pakistán. De modo que, como es usual, fue un regalo del colonialismo británico. Nos lo arrojaron cuando se fueron – quiero decir, cuando se retiraron. Cachemira solía ser un reino independiente con una mayoría musulmana gobernada por un rey hindú. Y cuando ocurrió la partición en 1947, casi un millón de personas perdieron sus vidas, porque esa línea que se trazó entre India y Pakistán pasaba por aldeas y pasaba por comunidades, y mientras los hindúes huían de Pakistán y los musulmanes huían de India, hubo masacres de ambos lados.
Y en esos días, sorprendentemente, Cachemira era pacífica. Pero entonces se solicitó a todos los principados independientes en India y Pakistán que se unieran realmente a India o Pakistán, pero en Cachemira el rey no se decidía, y esa decisión resultó en el ingreso de soldados y combatientes no oficiales paquistaníes. Y el rey huyó a Jamu, y luego se unió a India. Pero ya había un movimiento por la democracia en Cachemira. En todo caso, ésa es la historia.
Pero subsiguientemente, siempre ha habido una lucha por la independencia o la autodeterminación, que en 1989 se convirtió en una insurrección armada que India reprimió mediante los militares. Y hoy, la manera más simple de explicar la escala de lo que está sucediendo es que EE.UU. tiene 165.000 soldados en Iraq, pero el gobierno indio tiene 700.000 soldados en el valle de Cachemira – quiero decir, en Cachemira, aferrándose a un sitio con la fuerza militar. Y por lo tanto, es una ocupación militar.
ANJALI KAMAT: Arundhati Roy, su último artículo en Outlook, “Walking with the Comrades.” Comience por hablarnos sobre lo que está sucediendo en las selvas de India. ¿Qué es esta guerra que India está librando contra algunos de los más pobres, gente conocida como tribales, gente indígena, adivasis? ¿Quiénes son los maoístas? ¿Qué está sucediendo allí? ¿Y cómo llegó usted al lugar?
ARUNDHATI ROY: Bueno, ha estado sucediendo durante bastante tiempo, pero básicamente hay una conexión. Si uno considera Afganistán, Waziristán, ya sabe, los Estados del noreste de India y todo el cordón minero que va de Bengala Occidental a través de Jharkhand a través de Orissa a Chhattisgarh, lo que se llama el Corredor Rojo en India, es interesante que todo el asunto es una insurrección tribal. En Afganistán, obviamente, ha tomado la forma de una insurrección islamista radical. Y aquí es una insurrección radical de izquierda. Pero el ataque es el mismo. Es un ataque corporativo, contra esa gente. La resistencia ha tomado diferentes formas.
Pero en India, eso se conoce como el Corredor Rojo, si se mira un mapa de India, la gente tribal, las selvas, los minerales y los maoístas están todos apilados los unos sobre los otros. De modo que, en los últimos cinco años, los gobiernos de esos diversos Estados han firmado MOU (MDA – memorandos de acuerdo) con corporaciones mineras por un valor de miles de millones de dólares.
ANJALI KAMAT: MOU, Memorando de acuerdo.
ARUNDHATI ROY: Memorandos de acuerdo. De modo que como decimos es realmente un corredor MOUista, tal como es un corredor maoísta, ¿sabe? Y es interesante que muchos de esos MDA se firmaron en 2005. Y en esos días, fue justo cuando este gobierno del Congreso había llegado al poder, y el primer ministro, Manmohan Singh, anunció que los maoístas constituyen en India “la mayor amenaza para la seguridad interior.” Y fue muy extraño que dijera eso entonces, porque en realidad los maoístas habían sido diezmados en el Estado de Andhra Pradesh. Pienso que habían matado a unos 1.600. Pero en cuanto lo dijo las acciones de las compañías mineras subieron de precio, porque fue obviamente una señal de que el gobierno estaba dispuesto a hacer algo al respecto, y entonces comenzó este ataque contra ellos, que terminó siendo la Operación Caza Verde que ahora lleva a que decenas de miles de tropas paramilitares se envíen a esas áreas tribales.
Pero antes de la Operación Caza Verde, trataron otra cosa, que consistió en armar a una especie de milicia tribal respaldada por la policía en un Estado como Chhattisgarh, al que viajé recientemente, y simplemente entraron a la selva. Esa milicia quemó una aldea tras la otra, unas 640 aldeas fueron, más o menos, vaciadas. Y fue – el plan fue lo que se conoce como creación de aldeas estratégicas, lo que los estadounidenses probaron en Vietnam, que primero lo imaginaron los británicos en Malaya, en la que se trató de obligar a la gente de ingresar a campos policiales al borde del camino para poder controlarla, y las aldeas se vacían para que las selvas queden abiertas para el ingreso de las corporaciones.
Y lo que sucedió realmente en esa área, en Chhattisgarh, de alrededor de 350.000 personas, es que unas 50.000 fueron a los campos. Algunas fueron obligadas, otras voluntariamente. Y el resto simplemente desapareció del radar gubernamental. Muchas se fueron a otros Estados a trabajar como trabajadores migrantes, pero muchas otras siguieron ocultándose en las selvas, incapaces de volver a sus hogares, pero sin estar dispuestas a partir. Pero el hecho es que los maoístas han estado en toda esa área durante treinta años, trabajando con la gente, etc. De modo que no es una resistencia que se ha alzado contra la minería. Precedió a eso por mucho, mucho tiempo. De modo que está muy establecida. Y la Operación Caza Verde se ha anunciado porque esa milicia, llamada Salwa Judum, fracasó, así que ahora están aumentando las apuestas, porque esos MDA están a la espera. Y las corporaciones mineras no están acostumbradas a que se las haga esperar. Ya sabe, así que hay mucho dinero a la espera.
Y lo que quiero decir es que no estamos utilizando esa palabra “guerra genocida” a la ligera o retóricamente. Pero yo viajé en esa área, y lo que se ve es la gente más pobre de este país, que ha estado fuera del alcance del Estado. No hay hospitales. No hay clínicas. No hay educación. No hay nada ¿sabe? Y ahora hay una especie de sitio por el cual la gente no puede salir de sus aldeas hacia el mercado para comprar algo, porque los mercados están llenos de denunciantes que informan de que cierta persona está con la resistencia, etc. No hay doctores. No hay ayuda médica. La gente sufre de extrema hambre, desnutrición. De modo que no es sólo matar. No es sólo que se vaya allá y se queme y se mate, sino también es que se sitia a una población muy vulnerable, se la aísla de sus recursos y se la expone a una penosa amenaza. Y hablamos de una democracia, de modo que qué se hace – ¿cómo se despeja la tierra para las corporaciones en una democracia? No se puede ir realmente y asesinar a la gente, pero se puede crear una situación en la que o se va o se muere de hambre.
ANJALI KAMAT: En su artículo, describe a la gente con la que viajó, a los guerrilleros armados, como gandhianos con armas. ¿Puede hablarnos de lo que quiere decir con eso y cómo, lo que piensa de la violencia perpetrada por los maoístas?
ARUNDHATI ROY: Bueno, ya sabe, hay un debate muy intenso en India al respecto, incluso la izquierda dominante y los intelectuales liberales sienten muchas, muchas sospechas de los maoístas. Y todos deben sentir sospechas de los maoístas porque tienen –han tenido– un pasado muy difícil y hay muchas cosas que dicen sus ideólogos que te producen escalofríos.
Pero cuando fui allí, tengo que decir que me impresionó lo que vi, porque pienso que en los últimos treinta años hay algo que ha cambiado radicalmente entre ellos. Y lo importante es que en India la gente trata de hacer la diferencia. Dicen que existen los maoístas, y luego que existen los tribales. En realidad, los maoístas son tribales, y los mismos tribales tienen una historia de resistencia y rebelión que precede a Mao por siglos. Y por eso, pienso que es sólo un nombre, en cierto modo. Es sólo un nombre. Y sin embargo, sin esa organización la gente tribal no habría podido presentar esta resistencia. De modo que es complicado.
Pero cuando fui, viví con ellos y caminé con ellos mucho tiempo, y es un ejército que es más gandhiano que cualquier gandhiano y deja una huella más ligera que cualquier evangelista del cambio climático. Y como dije, incluso sus técnicas de sabotaje son gandhianas. Ya sabe, no desperdician nada. Viven de nada. Y para el mundo exterior – sobre todo los medios han estado mintiendo sobre ellos desde hace tiempo. Muchos de los incidentes de violencia no sucedieron, lo que me imaginaba. Y muchos de ellos tuvieron lugar, y hubo un motivo para que sucedieran.
Y lo que realmente quería preguntar a la gente era, cuando se habla de resistencia no violenta – yo misma he hablado de eso. Yo misma he dicho que las mujeres serán las víctimas de una lucha armada. Y cuando fui, descubrí que la verdad era lo contrario. Descubrí que un 50% de los cuadros armados son mujeres. Y gran parte de la razón por la que se sumaron fue porque durante treinta años los maoístas han estado trabajando con mujeres. La organización de mujeres tiene 90.000 miembros, por lo que es probablemente la mayor organización feminista en India, y todas esas 90.000 mujeres son seguramente maoístas, y el gobierno se ha otorgado el derecho a disparar a primera vista. De modo que, ¿van a disparar contra esas 90.000 mujeres?
AMY GOODMAN: Arundhati Roy, el líder de los maoístas le ha pedido que sea la negociadora, la mediadora entre ellos y el gobierno indio. ¿Cuál es su respuesta?
ARUNDHATI ROY: Yo no sería una buena mediadora. No forma parte de mis capacidades. Pienso que alguien debería hacerlo, pero no pienso que deba ser yo, porque no tengo la menor idea de cómo mediar, ¿sabe? Y no pienso que debamos meternos en cosas de las que no sabemos mucho. Y yo ciertamente – yo dije eso. No sé por qué mencionaron mi nombre, pero pienso que hay gente en India que tiene esas capacidades y que podría hacerlo, porque es muy, muy urgente, que sea cancelada esa Operación Caza Verde. Muy, muy urgente, y sería una tontería que alguien como yo se metiera en eso, porque pienso que soy demasiado impaciente. Soy demasiado independiente.
AMY GOODMAN: Recuerdo, volviendo a Cachemira, que cuando Obama era candidato a presidente, el senador Obama, en una entrevista, habló sobre Cachemira, y habló al respecto como si fuera una especie de punto álgido, dijo que tenemos que resolver la situación entre India y Pakistán por Cachemira para que Pakistán pueda concentrarse en los combatientes. ¿Puede calificarlo de punto álgido y qué piensa que debe hacerse?
ARUNDHATI ROY: Bueno, pienso que desgraciadamente, el asunto sobre Cachemira es que India y Pakistán actúan como si Cachemira fuera un problema. Pero en realidad, para ambos gobiernos, Cachemira es una solución. Cachemira es el sitio en el que hacen sus juegos sucios. Y no quieren resolverlo porque cada vez que tienen problemas internos, siempre pueden sacar el conejo del sombrero. De modo que realmente pienso que esos dos países no van a resolverlo.
Y lo que sucede es que allí hay una población que ha estado sufriendo indecibles miserias durante tantos años, y una vez más se han difundido tantas mentiras al respecto. Los medios indios son simplemente – la falsificación que tiene que ver con Cachemira es increíble. Como hace dos años - ¿o fue el año pasado? Hace dos años hubo una masiva insurrección en Cachemira. Por casualidad yo estaba allí. Nunca he visto nada semejante. Había millones de personas en la calle todo el tiempo. Y…
AMY GOODMAN: ¿Y con qué objetivo se rebelaban?
ARUNDHATI ROY: Se rebelaban por la independencia. Sabe, se rebelaban por la independencia. Y entonces, esa insurrección fue – ya sabe, cuando se rebelaron con armas, fue un error. Cuando se rebelaron sin armas, también fue un error.
Y la manera en que se neutralizó fue a través de una elección. Se llamó a una elección. Y entonces, todos se impresionaron, porque hubo una participación inmensa en la elección. Y todos los – tenemos muchos expertos en elecciones en India que pasan su tiempo en los estudios de televisión analizando las tendencias y esto y aquello, pero nadie dijo que todos los dirigentes de la resistencia fueron arrestados. Nadie preguntó: ¿qué significa tener elecciones cuando hay 700.000 soldados supervisando cada cinco metros, todo el tiempo, todo el año? No tienen que empujar a la gente a las urnas con la punta de una bayoneta, ¿sabe? Nadie habló de que hubo un encierro en cada circunscripción. Nadie se preguntó lo que significa para gente que está bajo ese tipo de ocupación. El hecho de que necesitan a alguien a quien recurrir, sabe, cuando alguien desaparece – o, necesitan algún representante.
De modo que ahora, una vez más, la violencia ha comenzado. Es una especie permanente de ciclo en el que falta todo sentido de moralidad, obviamente en función de los intereses del embauque geopolítico. Y, claro que está muy a la moda decir que no hay ninguna moralidad en la diplomacia internacional, pero repentinamente, cuando tiene que ver con asesinatos de los maoístas, lo que se les ocurre es simplemente la moralidad. Ya sabe, la gente la usa cuando quiere.
ANJALI KAMAT: Y Arundhati, tanto en India como en EE.UU., a medida que expanden esas guerras, a medida que las ocupaciones militares, como usted dijo, en Cachemira, en Iraq, en Afganistán, se expanden, ¿cuál es su mensaje a los activistas contra la guerra, a los activistas por la paz en todo el mundo, aquí y en India? ¿Qué piensa que debería hacer la gente?
ARUNDHATI ROY: Vea, pienso que sólo quiero agregar una cosa: que en Cachemira hay, como dije, 700.000 soldados que han sido convertidos en una fuerza de policía administrativa. En India, donde no quieren declarar abiertamente la guerra contra los adivasis, hay una policía paramilitar a la que se entrena para que sea un ejército. De modo que la policía se convierte en ejército. El ejército se convierte en policía. Pero para imponer esa tasa de crecimiento, todo el país se está convirtiendo básicamente en un Estado policial.
Y sólo quiero decir una cosa sobre la democracia. Usted sabrá, en India, las elecciones cuestan más que las elecciones en EE.UU. Mucho más. En ese pobre país cuestan mucho más. Los más entusiastas fueron las corporaciones. Los miembros del parlamento una mayoría son millonarios. Si se miran las estadísticas, en realidad esa gran mayoría tiene un 10% de los votos. La BBC realizó una campaña en la que tenían afiches de un billete de 500 dólares que se convertía en un billete indio de 500 rupias con Ben Franklin a un lado y Gandhi al otro. Y decía: “Kya India ka vote bachayega duniya ka note?” lo que quiere decir “¿Salvará el voto indio al mercado?” ¿Sabe? De modo que los votos se convierten en consumidores. Lo que sucede es una especie de estafa.
Así que el primer mensaje que yo tendría para los activistas por la paz es – en todo caso, no sé lo que eso significa. ¿Qué significa “paz”? Usted sabe, puede que no necesitemos paz en esta sociedad injusta, porque es una manera de aceptar la injusticia. De modo que lo que se necesita es gente que esté dispuesta a resistir, no sólo durante un fin de semana, no paz pero tampoco durante el fin de semana. En países como India, decir ahora solamente: “Bueno, marcharemos el sábado y tal vez detendrán la guerra en Iraq.” Pero en países como India, la gente está realmente pagando con sus vidas, con su libertad, con todo. Quiero decir, ahora es resistencia con consecuencias. No puede ser –no puede ser algo que no tenga consecuencias. Puede que no las tenga, pero hay que comprender que para cambiar algo hay que tomar algunos riesgos ahora. Hay que salir y arriesgar esos sueños, porque las cosas han llegado a un sitio muy, muy malo.
AMY GOODMAN: Arundhati Roy, queremos agradecerle mucho que haya estado con nosotros. Espero estar con usted y con Noam Chomsky en Cambridge en una semana.
[1] Traducción de Txaro Santoro y Cecilia Ceriani, El dios de las pequeñas cosas, Barcelona, Anagrama, 2009.http://www.rebelion.org/noticia.php?id=102946
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