El BCE carga contra los acuerdos del G-20 en Londres
Agosto de 2007: estalla la burbuja inmobiliaria en EE UU y miles de norteamericanos de rentas bajas y con un mal historial de crédito deciden dejar de pagar sus hipotecas. Ése es el detonante de la crisis subprime, las conocidas como hipotecas basura, que se empaquetaban y se vendían a bancos de todo el mundo. El huracán financiero no ha cesado desde entonces. Y el agujero negro no deja de agrandarse: las primeras estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) cifraban las pérdidas por los activos tóxicos de la banca en un billón de dólares, pero el FMI filtró ayer que los últimos datos indican que ascienden a cuatro billones de dólares, unos tres billones de euros.El diario británico The Times desveló ayer las últimas cifras, que un portavoz del FMI no desmintió. Según este rotativo, los activos tóxicos del sector financiero estadounidense ascienden a unos 2,2 billones de euros, mientras que en Europa y Asia el deterioro suma unos 0,8 billones. El Fondo tiene previsto publicar sus nuevos datos en abril, pero su director gerente, Dominique Strauss-Kahn, ha adelantado que superarán con creces las pérdidas estimadas hasta ahora.
Las medidas para sacar a la banca de ese agujero tampoco suscitan consenso. El Banco Central Europeo (BCE) aseguró ayer que los acuerdos de la semana pasada del G-20 son "una mera creación de dinero" que se traducirá en inflación futura. Los líderes del G-20 acordaron aportar más fondos al FMI y al Banco Mundial para superar la crisis económica. Pero en el G-20 "no se analizó si hay o no una necesidad de liquidez global", por lo que esas medidas "son como tirar dinero desde un helicóptero por todo el mundo", criticó Jurgen Stark, consejero del BCE.
El País - 08.04.09
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