Los clientes no fueron los culpables, pero serán los que paguen la crisis de las entidades financieras. Literalmente. Bancos y cajas tienen que apañar sus cuentas como sea y no van a poder conseguirlo sólo con la severa reducción de costes que buscan con los cierres de oficinas y recortes de personal. Necesitan, además, aumentar sus ingresos a toda costa, y en este contexto de dificultades económicas es prácticamente imposible porque cada vez hay menos negocio. Se conceden menos créditos, se mueve menos el dinero, se contratan menos fondos de inversión y se realizan menos operaciones en bolsa.
El resultado es que caen los ingresos por comisiones, uno de los pilares de los beneficios. En el primer semestre del año, se redujeron un 7% los ingresos por comisiones de las entidades de crédito españolas, que ingresaron por esta vía 6.283 millones de euros, según los últimos datos facilitados por el Banco de España.
El mismo servicio, más caro
¿Solución? Cobrar más por los mismos servicios. En el último año, el sector ya se ha aplicado el cuento y ha encarecido de media entre un 5% y un 11% los precios de los productos más usados, como las transferencias, las tarjetas de crédito o las cuentas corrientes y de ahorro. Aun así, las subidas no han terminado. Quizá no han hecho más que empezar. Manuel Romera, director del Sector Financiero de IE Business School, asegura que, en este contexto de bajada de tipos de interés y la consiguiente reducción de márgenes, "es lógico que el sector intente generar más recursos con comisiones".
Por eso, "la probabilidad de que sigan subiendo es elevada", asevera. Romera explica que en los años que precedieron a la crisis, muchas entidades tendieron a rebajar o a quitar las comisiones porque están "muy mal vistas" por los clientes y, a cambio, les incrementaron los márgenes (intereses) porque eso les molesta menos y lo pagan más a gusto.
Ahora, ha llegado el momento de recuperarlas y de aumentarlas porque si no los números no salen. Las dotaciones que deben realizar para cubrir la morosidad son tan elevadas que es preciso sacar más dinero de donde sea. En el último año, la banca ha conseguido arreglar las cuentas con los rendimientos que le ha sacado a la bajada de tipos (en un proceso rápido de reducción del precio del dinero, las entidades se benefician porque siempre hay un cierto retraso en la traslación de las caídas a los clientes) y a la inversión de las ayudas públicas, pero en 2010 eso ya no será posible. Los expertos anticipan que un número significativo de entidades podrían tener pérdidas el próximo ejercicio y estarán dispuestas a lo que sea para evitarlas o limitarlas.
De momento, cuando todavía no ha empezado lo que algunos prevén como el año más difícil de la banca española en décadas, las operaciones más habituales han aumentado sustancialmente su precio. Hacer una transferencia cuesta ahora un 11% más que hace un año. 3,54 euros pagan los clientes de las entidades españolas de media cada vez que traspasan dinero a otra cuenta dentro del territorio nacional. Es el 0,34% del importe que se transfiere. En noviembre de 2008, se pagaba el 0,30%.
Otro producto que ha experimentado un incremento similar es la cuota de la tarjeta de débito. Ha subido otro 11% en un año. Tener ahora una tarjeta de estas características cuesta casi 17 euros al año (sin incluir las comisiones por extraer dinero del cajero), mientras que la de crédito tiene una cuota anual media de 33 euros, un 7% más que en noviembre de 2008, según los datos del Banco de España. Precisamente por este motivo, muchos usuarios han decidido reducir su número de tarjetas. Lo habitual hasta ahora era tener, al menos, una tarjeta de débito y otra de crédito. Cada vez es más común que sólo se opere con una, porque ofrece el mismo servicio pero a menor precio.
Cuentas y depósitos
Pero, probablemente, la comisión más cara si se compara con el servicio que recibe el usuario es la de mantenimiento de una cuenta corriente o de ahorro. La banca cobra de media 42 euros al año al cliente simplemente por tener una cuenta a su nombre, al margen de si hace movimientos con ella o no.
Comisión a comisión, la Unión Europea ha calculado que la banca española cobra de media 178 euros al año a cada cliente. Es una cifra muy significativa que en la mayoría de los casos supera la rentabilidad que consiguen los usuarios por tener el dinero depositado en el banco. De hecho, hay que tener más de 8.000 euros en un depósito a plazo (rentabilidad media del 2,19% anual) para poder pagar con el rendimiento del dinero esos 178 euros de las comisiones anuales.
La importancia de las tasas es especialmente relevante cuando se trata de productos de inversión de larga maduración, como algunos fondos de inversión o, sobre todo, los planes de pensiones. Una comisión de gestión elevada puede llegar a reducir espectacularmente la rentabilidad del producto a lo largo de los años y equivale a miles de euros en los ahorros de un hogar.
Al otro lado del espejo, para las entidades financieras esos miles de euros multiplicados por cientos de miles de clientes pueden significar los cientos de millones de euros que necesitan para salir de la crisis financiera.
http://www.publico.es/dinero/276282/banca/sube/comisiones/proteger/beneficios
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