Héctor Rojo
“Pues sí, la verdad es que sí que somos pesadas, pero nosotras preferimos que nos denominen constantes”. Así comenzaba el texto que se repartía en la mañana del 8 de abril en Madrid durante la primera acción de protesta contra la culmbre de responsables de los Ministerios de Educación de la UE.
“Bolonia no existe; simplemente es un largo proceso de reconversión industrial para la Universidad que se lleva aplicando desde el año 2000 con la primera LOU. Entonces ya se decía que había que reducir la plantilla al 51% de la existente”, responde Carlos Fernández Liria, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, ante la pregunta de por qué hay que seguir mostrando oposición a este proceso. Y como muestra de los logros conseguidos, expone que en su Facultad todavía existe la Licenciatura y no el Grado, el curso que Bolonia debería estar implantando. Mucho mejor conocen esta situación en la Universidad Carlos III, donde Bolonia ya lleva varios cursos implantado y se notan las consecuencias de la financiación competitiva o de la gobernanza corporativa.
“Quienes luchamos por la educación, así como los que lo hacen por la sanidad o el medio ambiente, somos conscientes de la dura realidad que rodea sus respectivas luchas. Tenemos la conciencia de que el Proceso de Bolonia es casi imparable, pero no vamos a permitir que su aplicación sea a coste cero”, explica la plataforma Bolonia Fucking Up Group (Grupo para Joder a Bolonia).
Bolonia Follow Up Group
“El nombre de Bolonia Fucking Up Group es una sátira realizada contra los consejos de expertos [Bolonia Follow Up Group], que son los verdaderos encargados de aplicar el EEES en todos los países adscritos”, explican desde la plataforma estudiantil. Una de las apuestas del grupo de consultores, tanto del ámbito público como privado, es que el precio de la matrícula se aproxime al coste real. El Gobierno socialista lo llevó a la práctica con el Real Decreto 1393/2007, donde se dice que deberán estar “relacionados con los costes de la prestación del servicio”.
Según denuncian las plataformas universitarias, los datos de este año revelan un incremento en las tasas de los nuevos grados del 23% con respecto a las correspondientes a licenciaturas y diplomaturas en años anteriores. Además, a partir del próximo año se encarecerán las segundas (20%) y terceras matrículas (hasta un 70%) de una asignatura.
Otra de las grandes premisas de este grupo ha sido fomentar la movilidad. En Alemania, donde ya se ha graduado la primera generación de Bolonia, se produjeron en noviembre importantes movilizaciones seguidas de okupaciones de rectorados en unas 20 ciudades. Entre sus principales denuncias explicaban que sólo un 15% de la comunidad estudiantil pasa ahora un semestre en el extranjero, mientras que en las viejas licenciaturas eran el 24% de los estudiantes, como recogía Justus Bender en el diario Die Zeit.
NUEVAS CITAS DE “NO A BOLONIA”
El movimiento de contestación al proceso de Bolonia sigue siendo una realidad europea. En los últimos meses, ocupaciones de facultades en Alemania, de un emblemático teatro en Viena y movilizaciones dentro y fuera de los campus en la mayor parte de Europa evidencian que la lucha contra el proceso sigue viva. Tras la experiencia de la cumbre de Viena en marzo, donde se dieron cita unos 20.000 estudiantes de países implicados en el proceso, los argumentos han empezado a converger. El rechazo al proyecto de mercantilización de la enseñanza, la desconfianza por el oscurantismo del proceso, así como la falta de participación de los y las estudiantes en éste son los nexos que unen las luchas en cada Estado. Junto a la reunión de los ministros de Educación en Madrid, los distintos movimientos han vuelto a coincidir para visibilizar la lucha común estudiantil.
http://www.diagonalperiodico.net/Tiene-sentido-continuar-con-la.html
Sem comentários:
Enviar um comentário