Alejandro Teitelbaum
I. Los pueblos de los países llamados periféricos tienen una larga experiencia en materia de “políticas de ajuste” impuestas por el capital financiero transnacional representado por instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Políticas de rigor destinadas a pagar la deuda externa, la que tiene la virtud de autoreproducirse y crecer indefinidamente, mediante la aplicación de intereses usurarios y la capitalización de los intereses adeudados, entre otras cosas.
Y cuando ha sido necesario se ha recurrido a los golpes de Estado para acelerar el ritmo de los “reajustes estructurales”, es decir la profundización de la sobreexplotación de las clases populares.
Pero desde hace un tiempo estas estrategias de despojo se han mundializado y las nuevas víctimas incluyen notoriamente a los pueblos de Europa.
Ahora los golpes de Estado no son militares sino ejecutados directamente por el capital financiero que se “pone nervioso” cuando un Estado no paga puntualmente sus deudas poniendo en riesgo sus superbeneficios e impone sucesivas “políticas de rigor” y “reajustes estructurales” y el remplazo de los elencos gubernamentales.
Su nerviosismo se agudizó al extremo cuando Papandreou amagó con un referendum sobre las políticas de ajuste. El dúo Merkozy y la Unión Europea INTIMARON a Papandreou para que abandonara la idea extravagante de una consulta popular.
El capital financiero -que tiene la batuta- parece invisible y los ejecutores visibles son sus fieles servidores : el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional a nivel regional e internacional y a nivel nacional los gobiernos europeos encabezados por el dúo Merkel-Sarkozy (Merkozy) y el de Obama en los Estados Unidos
Pero últimamente la dictadura del capital financiero transnacional ha quedado al desnudo colocando a sus propios peones al frente del Banco Central Europeo y de los gobiernos de Grecia e Italia. Los tres aparecen vinculados a GOLDMAN SACHS, que forma parte del riñón del capital financiero y del aparato del Estado yanquis.
Mario Draghi, nuevo presidente del BCE, diplomado en economía en el Instituto Tecnológico de Massachussetsu (MIT), se ocupó de las privatizaciones en Italia de 1993 a 2001, fue vicepresidente de GOLDMAN SACHS para Europa entre 2002 y 2005. Como tal, estuvo encargado de empresas y Estados y se ocupó de vender swaps (productos financieros) que permitieron, entre otras cosas, disimular la envergadura de la deuda griega.
Mario Monti, el nuevo primer ministro italiano, diplomado en Yale, es miembro de la Trilateral y del Grupo Bilderberg (think tank del establishement international). Es consejero internacional de GOLDMAN SACHS desde 2005.
Lucas Papademos, el nuevo primer ministro griego, también diplomado en el MIT, fue consejero del Banco de la Reserva Federal en Boston. De 1994 a 2002 fue Gobernador del Banco de Grecia, época en la que GOLDMAN SACHS “ayudó” a falsificar las cuentas del Estado griego.
Asi se ha puesto crudamente de manifiesto la esencia de la democracia burguesa que no es –como se pretende- mediadora o árbitro entre intereses diferentes o contrapuestos- sino esencialmente la dictadura de las clases dominantes sobre las grandes masas oprimidas y explotadas, como ya lo señalaron en su tiempo Marx, Engels y Lenin.
II. La fuerza de choque del capital financiero son las agencias de notación
Las principales agencias notación son Standard and Poor’s, Moody,s y Fitch.
Son instituciones privadas que se ocupan de poner notas a empresas y Estados – que van del riesgo mínimo (AAA) al riesgo máximo (CCC)- que corren los inversores financieros que prestan a dichas empresas y Estados. Existen hace tiempo pero comenzaron poniendo notas a empresas y Bancos y después extendieron su radio de acción a los Estados.
Una nota baja (riesgo alto) tiene por consecuencia automática que la empresa o el Estado que reciba un préstamo pagará un interés más elevado.
Estas agencias no tienen nada de independientes pues pertenecen a grandes capitales privados: el 13% de Moody’s pertenece al multimillonario Warren Buffet, Fitch pertenece mayoritariamente a la sociedad financiera francesa Fimalac y el 20% de su capital al grupo Hearst y Standard and Poor’s al grupo estadounidense McGraw-Hill Companies.
Cobran por sus servicios a las empresas que quieren ser calificadas y a las que utilizan las notas.
De modo que grupos privados estrechamente vinculados al capital financiero decretan la lluvia o el buen tiempo para los Estados que necesitan recurrir a préstamos del capital financiero transnacional. Si la nota es alta (poco riesgo) el Estado pagará un interés bajo por los préstamos. Si la nota es baja (riesgo alto) el Estado pagará un interés alto, entrando así en un círculo infernal de endeudarse cada vez más y pagar intereses cada vez más altos.
Y deberá aplicar los ajustes exigidos por los acreedores que se traducen en recesión, más desocupación, congelación de salarios, privatización de los servicios públicos, recorte de los gastos sociales, etc.
Las notas no son para nada objetivas, sino que responden a la estrategia de provocar una gigantesca y permanente transferencia de recursos de las masas populares hacia el capital financiero transnacional. El caso extremo se da cuando la agencia de notación se “equivoca” y anuncia que le ha bajado la nota a un país, como acaba de ocurrir con Standard and Poor’s respecto de Francia. Después la agencia dice que fue un “error” pero el daño ya está hecho.
Hace pocos días se habló de la posibilidad de que la Unión Europea recortara los poderes de las agencias de notación. Sobre todo su insólita facultad de ponerle notas a los Estados, por encima de toda institucionalidad de derecho público nacional o internacional. Pero todo quedó en “agua de borrajas”, como se suele decir.
III. Otras malas noticias
1. Las perspectivas inmediatas son sombrías. Prácticamente no existe una izquierda que formule una crítica completa y radical del sistema y haga propuestas alternativas audaces a la altura de las circunstancias. Sólo pequeños grupos prácticamente inaudibles a nivel de masas.
Los movimientos de “indignados” son puntualmente multitudinarios (en Grecia y en Italia; en Francia no sobrepasan algunos centenares de personas) y además carecen de dos elementos esenciales : organización y proyecto alternativo.
Los socialdemócratas están definitivamente alineados con el sistema y son intercambiables en los Gobiernos con la derecha tradicional. Cuando escribimos estas líneas el PSOE español se prepara a perder las elecciones y a dejarle el Gobierno al Partido Popular.
A Hollande, el candidato presidencial del Partido Socialista francés, le bastó un llamado telefónico de Areva, la transnacional de la energía nuclear, para suprimir un párrafo del acuerdo celebrado el día anterior con el Partido ecologista, referente al reciclaje de los desechos nucleares, altamente contaminantes.
Hollande no tiene propuestas frente a la crisis que sacude a Europa. A lo sumo el equivalente a un cuarto de aspirina para un cáncer generalizado.
De seguir así no es improbable que la mayoría del electorado –que es espontáneamente conservador y huye al cambio como gato escaldado – finalmente prefiera el original a una mala copia y reelija a Sarkozy.
2. Los países llamados periféricos no están blindados –como se quiere hacer creer- contra la crisis. Son sumamente vulnerables y ya comienzan a hacerse sentir los primeros remezones.
Son muy vulnerables porque su estructura económico-financiera es un eslabón del gran capital transnacional.
Véase, por ejemplo, respecto de Argentina, la nota de Félix Herrero “Chocolate por la noticia: ¡El modelo es capitalista!” en Argenpress del 14/11 y los datos sobre la extranjerización de la economía que aparecen en el Informe de Coyuntura Nº 8 de noviembre de 2011 del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA):
Grado de concentración y extranjerización
La transición entre la convertibilidad y la posconvertibilidad supuso un salto en materia de concentración económica. La cúpula empresaria ha logrado consolidar su importancia en la economía nacional, tal como lo refleja su peso en la producción del país y el sostenimiento de muy elevadas tasas de rentabilidad. En el período 1991-2001, en promedio, el peso de las ventas de la cúpula empresaria fue equivalente al 20,4% del Valor Bruto de Producción (VBP) de la economía nacional; en 2003-2009 alcanzó al 28,0%. En gran medida, este salto en el nivel de concentración se vincula con una dispar evolución de los precios de la economía versus los de estas grandes empresas. Se mantiene, a su vez, un elevado grado de extranjerización de esta cúpula empresaria, que fue resultado principalmente de las tendencias desplegadas a lo largo de la convertibilidad. Así, en 2009 el 55,4% de las ventas totales de las 200 empresas de mayor tamaño del país está explicado por las ventas de las empresas extranjeras.
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